EL DIA QUE EL SANTO PADRE ATENDIO UN MISTERIOSO LLAMADO

Una monja enferma de cáncer es la persona con la que Benedicto XVI habló ayer a través de un teléfono móvil durante la audiencia pública, según desveló hoy el inválido que acercó su celular al Papa en medio de la sorpresa de los miles de fieles presentes.

Se trata de la hermana María Cristina, de 48 años, del monasterio de Angri, en la sureña provincia de Salerno.

La monja padece cáncer y sus graves condiciones de salud le impidieron acudir con el grupo de ese pueblo que ayer asistió a la audiencia pública en la plaza de San Pedro del Vaticano.

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Emilio Testa, concejal del ayuntamiento de Sangri, inválido en silla de ruedas y presente en la audiencia, tras saludar al Papa no lo pensó dos veces, le contó la historia de esta monja y le insinuó la posibilidad de saludarla por teléfono.

“El Pontífice dijo inmediatamente que sí”, contó hoy Testa, quien ayer, en medio de la sorpresa general, le acercó el teléfono con el que ya había contactado con la religiosa.

El Pontífice, según contó hoy la monja, le dijo que estuviera tranquila por su salud y le aseguró que él rezaría por ella.

“Siento mucho que no estés bien. Se que te habría gustado estar aquí hoy. Yo rezaré por ti y te recordaré en mis rezos, sabiendo que estás sufriendo. Te bendigo”, le dijo.