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Singular Eclipse Lunar

De película. Así, y sin exageraciones, puede calificarse el espectáculo gratuito que el cielo presenta este martes para todos aquéllos que deseen contemplarlo. Se trata de un singular y colorido eclipse de Luna que podrá ser visto en gran parte del mundo, la madrugada de este 28 de agosto.

Por Equipo de Redacción MercedesYA
Singular Eclipse Lunar

Usualmente, los eclipses lunares se aprecian bien gracias a que ocurren entre el atardecer y la medianoche; pocas veces se tiene la oportunidad de contemplar el fenómeno natural en un horario tan avanzado como será en esta ocasión.

De acuerdo con los especialistas, el evento comenzará a las 01:54 horas de este martes 28 de agosto, cuando el satélite natural de la Tierra se esté adentrando en la sombra que ésta proyecta en el espacio. Al principio, el cambio observable no será muy grande. Los bordes de la sombra terrestre se verán tan pálidos como la Tierra misma, casi imperceptibles para el observador.

No obstante, a medida que la Luna se adentre más en la espesura de la sombra, tendrá lugar una sorprendente metamorfosis. Hacia las 3:52 horas, Selene transformará su grisáceo color de polvo lunar en un intenso color rojo como el del atardecer. Este será el momento del eclipse total, y durará alrededor de 90 minutos. Es decir, la fase total del eclipse ocurrirá de las 3:52 a las 05:22 horas. El punto máximo se alcanzará a las 4:37 horas. Cuando la Luna empiece a salir de la zona de penumbra serán las 6:23 horas, y el eclipse concluirá ya en pleno día, a las 7:21 horas.

El fenómeno podrá verse desde Australia, Japón, algunas partes de Asia y la mayor parte del Continente Americano, pero no será visible desde Africa ni desde Europa. El próximo eclipse de Luna ocurrirá hasta el 21 de febrero de 2008.

Pero ¿que es, en si, un eclipse lunar?

Los eclipses de Luna ocurren cuando ésta se desplaza a través de la sombra de la Tierra. En un eclipse total, ambos astros quedan alineados de tal manera que la totalidad de la Luna queda dentro de la sombra proyectada por la Tierra durante un momento. Los eclipses parciales ocurren cuando esta alineación no es completa y sólo una parte del satélite natural queda dentro de la sombra.

Solo en Luna Llena.

Un dato relevante es que los eclipses lunares sólo ocurren en Luna Llena. Sin embargo, el fenómeno no se presenta cada mes, debido a que la mayoría de las veces la Luna pasa por encima o por debajo de la sobra de la Tierra. Es decir, el Sol, la Tierra y la Luna sólo se alinean apropiadamente para que ocurra un eclipse pocas veces al año.

¿A que se debe el color rojizo de la Luna durante un eclipse?

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Usualmente, la Luna se ve blanca, debido a que refleja la luz del Sol. Como no tiene atmósfera, no hay aire o polvo que filtren la luz y cambien su color. Pero durante un eclipse total, la única luz que alcanza a la Luna ha sido filtrada por la atmósfera de la Tierra. Una vez que la luz choca contra las partículas de gas y polvo, se dispersa. La luz rojiza, de mayor longitud de onda, tiende a rebotar directo hacia el espacio, y es la que llega a la Luna; la luz azulada, de menor longitud de onda, se mantiene rebotando entre las partículas, sin oportunidad para escapar hacia el espacio. Es por ello que el cielo se ve regularmente azul.

Eclipses y cultura científica

Una anécdota que pone en relieve el valor que la cultura científica y la información han tenido a lo largo de la historia de la humanidad, así como el poder que el conocimiento otorga, particularmente en materia de ciencia, es la siguiente:

Durante el cuarto viaje de Cristóbal Colón a América (1502-1504), realizado con cuatro navíos y 150 hombres, para encontrar un paso que permitiera llegar a la Especiería (Islas de las Especias, las actuales Molucas), en la creencia de que la zona antillana era la antesala de Asia, el genovés no encontró lo que buscaba: ni paso ni oro ni especias, pero sí muchas penalidades y la pérdida de dos barcos.

Así las cosas, el 1° de mayo de 1503, puso rumbo a La Española, pero se vio obligado a recalar en Jamaica, en la Bahía de Santa Ana, donde tuvo que encallar los barcos y esperar, hasta que Diego Méndez y Bartolomé Fiesco lograron llegar en dos canoas a La Española y consiguieron ayuda para el rescate, logrando salir de Jamaica el 28 de junio de 1504.

Durante la obligada estancia de Colón y sus marinos en Jamaica, llegó un momento en que los lugareños estaban hartos de las peticiones de los extraños. El genovés se daba cuenta de que pronto habría una rebelión que podría sus vidas en peligro.

El 29 de febrero, sabedor de que esa noche iba a ocurrir un eclipse total de Luna, decidió engañar a los indígenas, así que se dirigió al cacique para expresarle que Dios, el Señor de los Cielos, se había disgustado con ellos a causa de su hostilidad y, como castigo, habría de arrebatarles la Luna. La burla no se hizo esperar, pero ésta se convirtió en absoluto temor cuando, a la hora indicada, una gran sombra cubrió a la Luna. Tras los ruegos y súplicas de los asustados jamaicanos, Colón “llegó a un acuerdo” con Dios y la Luna fue restaurada. Los indígenas dieron al navegante y sus hombres todo lo que pidieron, y así, los viajeros pudieron esperar más tranquilos el apoyo para salir de allí.

Evidentemente, los indígenas de Jamaica no tenían el mismo grado de conocimiento astronómico que los mayas, quienes no sólo sabían lo que eran los eclipses, sino que los pronosticaban con bastante precisión.

Cabe señalar que, si bien es cierto que la anécdota refleja el inmenso poder que el conocimiento tiene sobre la ignorancia, Cristóbal Colón corrió con suerte, porque los datos de que disponía correspondían a la observación en España y, generalizando, a Europa, pero de ninguna manera podía tener una idea exacta de si el fenómeno iba a ser visible en el lugar donde se encontraba (América).

De cualquier modo, la historia ha registrado éste como uno de los mejores ejemplos de que el conocimiento da poder, y que, en el caso referido, el conocimiento previo del eclipse total de Luna aseguró a Colón un feliz retorno a España.

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