La investigación que se inició en junio de este año se aceleró a partir de un hecho que alertó a las familias que habitan en la zona de Mariano Acosta. El viernes pasado, en cercanías de viviendas en las que vecinos están convencidos se comercializaban drogas, se sucedieron enfrentamientos armados entre una organización narco-criminal que tenía asiento allí y bandas rivales supuestamente por la disputa del territorio. Se oyeron detonaciones de armas de fuego y el pánico invadió al barrio.

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A partir de ese episodio, la Fiscalía Nº 9 de Morón dispuso una serie de medidas tendientes a identificar a los implicados. Así, agentes de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y del Crimen Organizado de la Policía bonaerense llevaron a cabo filmaciones encubiertas, tomó fotografías de vendedores y compradores, y establecieron que cinco eran los domicilios en los que se ramificaba la peligrosa banda.

Todos tenían como puntos de venta la vía pública, siempre dentro del barrio San Luis de la mencionada localidad de Merlo. Vendían cocaína y marihuana fraccionada, y lograron identificar a varios sujetos dedicados a la comercialización: ‘Jonathan’, ‘Jesús’, ‘Chuky’, ‘Moquillo’, ‘Fernanda’, ‘Larva’ y ‘Picachu’. De ellos, dos fueron aprehendidos y están a disposición del Juzgado de Garantías Nº 3 de Morón.

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Sin embargo, quienes proveían la mercadería eran otras dos personas: una se movilizaba en una camioneta de alta gama (Jeep) y la otra en un auto marca BMW. El primero reside en la calle Fernández de la Cruz al 1700, de Ituzaingó; el segundo en un country del barrio La Escondida de Moreno. Además, estos dos últimos están sindicados como autores de las conocidas “mexicaneadas”, es decir, quedarse con botines correspondientes a otras bandas producto de robos y entraderas en los partidos de Ituzaingó, Morón y Merlo. Ambos están entre los cuatro detenidos del caso hasta el momento.

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Lo impactante, en los siete allanamientos simultáneos realizados, es que los efectivos policiales incautaron un verdadero arsenal en los domicilios en cuestión en los que se distribuía la organización. Por ejemplo, los malvivientes tenían una réplica de ametralladora antiaérea, de poderosa capacidad destructiva. Otro dato ilustrativo de la investigación es que se suscitó a sólo cinco cuadras de donde fue asesinado Jeremías Montenuevo hace dos semanas, cuando delincuentes le robaron la moto en la puerta de su casa.

Fuente: Primer Plano Online