El mercedino Julio Aro y el británico Geoffrey Cardozo para el Nobel de la Paz
El excoronel británico Geoffrey Cardozo viene de una familia de militares. Sin embargo, su labor en el ejército fue marcada por la diplomacia y la capacitación. De hecho, Cardozo no combatió en las islas Malvinas, llegó apenas culminado el conflicto para contener a los soldados británicos y trabajar con ellos los problemas traumáticos post guerra. Allí se encontró con la labor que iba a cambiar su vida: sepultar a los argentinos caídos en combate. El fué quien diseñó el cementerio de Darwin.
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Julio Aro es ex combatiente de Malvinas y principal impulsor del proceso de identificación de los soldados argentinos enterrados en el cementerio de Darwin. Creó la Fundación No Me Olvides, destinada a trabajar en la contención y ayuda a familiares de los caídos en las Malvinas, pero por sobre todas las cosas, para lograr la identificación de los cuerpos de sus compañeros. A partir de ese momento, no quedó un solo pueblo, a lo largo del país, donde residiera un familiar de uno de esos 121 soldados adonde Aro no se haya dirigido para charlar, contener y tomar las manos temblorosas de muchas madres. “Mi mamá, María Julia, me dijo una vez que si uno de esos cuerpos en Darwin hubiese sido el mío ella no hubiera descansado nunca hasta reconocerlo. Esas palabras me pusieron una meta”, dijo en una oportunidad Aro.
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Aro tenía 19 años cuando le llegó “la carta”. Una vez terminada la colimba y sin ánimo de volver al regimiento, fue notificado y rápidamente enviado al frío suelo malvinense para combatir a un enemigo que corría con la ventaja que la historia dejó en evidencia. Cardozo tenía 32 años cuando el ejército británico lo envió a Malvinas para preservar la disciplina entre las fuerzas del Reino Unido.
Hoy lideran juntos otra batalla, una tal vez igual o más importante: hace más de 10 años trabajan en la identificación de los caídos, sepultados como NN. Una misión que cruzó todas las fronteras y que suma innumerables apoyos del mundo entero. Una cruzada postulada al Premio Nobel de la Paz. Un camino próximo a cumplirse: 122 soldados ya fueron identificados. Les devolvieron su nombre y apellido y ofrecieron a sus familias la posibilidad de un reencuentro.
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