El futuro de la Economía y las dudas que todos los Argentinos tienen
¿QUE ES LA PESIFICACION?
Es la conversión forzosa de todos los activos, como los depósitos, plazos fijos o créditos a cobrar, como los contratos —alquileres o tarifas— que están en dólares a pesos 1 a 1. Lo mismo se haría con las deudas de todo tipo. Al mismo tiempo, se devalúa o se deja flotar el peso. Con esto se desdolariza toda la economía, el peso volvería a ser la única moneda admitida como medio de pago dentro del país.
¿QUE PASARIA CON LOS DEPOSITOS Y CON LOS PLAZOS FIJOS DE LOS AHORRISTAS?
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Quien hoy tiene un depósito de 10.000 dólares, tendrá uno de 10.000 pesos. Pero, como el peso se desvalorizaría, si el depositante quiere retirar sus pesos y comprar dólares podrá adquirir una menor cantidad de dólares. Eso dependerá del nuevo valor del dólar en pesos. Aun así se supone que seguirá la restricción al retiro de los depósitos y el control de cambios y no se podrán comprar dólares en el mercado oficial. Esto sería así porque, por la incertidumbre, muchos depositantes podrían retirar sus pesos del banco para comprar dólares en el mercado paralelo lo que provocaría problemas en el sistema bancario y se dispararía el precio del dólar. Si el depositante deja su ahorro en el banco o es forzado a hacerlo, ese depósito se irá ajustando por la nueva tasa de interés que tomaría en cuenta la pauta inflacionaria.
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¿QUE SUCEDERIA CON LAS DEUDAS?
Se convertirían a pesos 1 a 1 y la cuota se ajustaría por la nueva tasa de interés. Quien debe 15.000 dólares, pasaría a adeudar 15.000 pesos. Esto significa que la deuda en dólares disminuye en la misma proporción en que se devalúa el peso. Aunque a partir de aquí esa deuda se irá ajustando, en pesos, según la inflación.
¿QUE PASARIA CON LOS PRECIOS?
Si bien todos los precios estarían denominados en pesos, habrá variaciones según el tipo de bienes y servicios. Esto sería así porque se encarecerían en pesos los insumos importados y también los productos de exportación argentinos (bienes primarios y alimentos).
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¿QUE SUCEDERIA CON LAS TARIFAS?
Pasarían a pesos, lo mismo que los precios de los combustibles. Así se anularían los contratos dolarizados y las cláusulas de indexación en dólares de las empresas privatizadas. El precio interno del petróleo y de los combustibles dejan de establecerse por los valores internacionales y dependerán de los costos internos. A ese fin, se fija un derecho de exportación a la venta externa de los recursos energéticos.
¿COMO QUEDARIAN LOS SUELDOS Y LAS JUBILACIONES?
Seguirían en pesos. El poder adquisitivo de esos haberes dependerá de la evolución de los precios internos y de su eventual traslado a los salarios. Se descuenta que habría una caída del salario real.
¿Y LAS LECOP O LOS PATACONES?
Las provincias rescatarían los bonos provinciales al valor en pesos. Y en lo sucesivo ni el Gobierno nacional ni las provincias podrán emitir nuevos bonos.
¿QUE SUCEDERIA CON LOS ARANCELES A LA IMPORTACION Y LOS REINTEGROS A LAS EXPORTACIONES?
Si la devaluación llegara a ser alta, podrían anularse los reintegros a las exportaciones para eliminar ese costo fiscal o se mantendrían en un esquema gradual según el grado de procesamiento o de valor agregado nacional. También podrían quedar sin efecto los regímenes de promoción a la minería y otros sectores porque tendrían el aliciente del alto valor del dólar de exportación. En cambio, los aranceles podrían mantenerse en sus actuales niveles como una fuente adicional para financiar el Presupuesto y reforzar la protección efectiva a la producción dentro del país.
¿COMO QUEDARIA LA DEUDA PUBLICA?
Inicialmente se declararía una moratoria y se reprogramaría su pago de acuerdo a la evolución esperada de las reservas. La fase local del canje quedaría anulada porque los préstamos garantizados en dólares al 7% anual se convertirían a pesos, a la tasa de interés doméstica.
¿Y LAS DEUDAS PRIVADAS EN EL EXTERIOR?
Se mantendrían en dólares. Pero como en adelante, por sus ventas internas, las empresas tendrán sus ingresos en pesos, tendrían problemas para afrontar esos pagos y podrían tener que renegociar también con los acreedores externos.
¿QUE PASARIA CON LA ECONOMIA?
La gran apuesta de la pesificación es que el dólar cotice en pesos a un valor alto para frenar las importaciones y beneficiar a las exportaciones. De esa manera, con más ventas externas y mayor mercado a la producción local, se ayudaría a la reactivación. Estos objetivos podrían no lograrse porque la economía mundial está en recesión y la demanda mundial de los productos argentinos no está aumentando. Si los precios internos aumentan, el salario real podría caer y resentirse el consumo doméstico.
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