Eduardo De Laudano y el merecido homenaje de la cultura
Por Gerardo “Piqui” Caballero.
Lucía Capaccio, directora de Cultura municipal, hace algunos días atrás dio a conocer una de las noticias más justas y merecidas dentro del ámbito cultural local a lo largo de la historia y encima, hacerlo en vida que es todavía más importante.
La Sala “A” del Teatro Argentino, la de la planta alta, esa sala mágica y única que tiene la ciudad, la primera que funcionó como teatro en ese edificio que fue cine; llevará el nombre de Eduardo De Laudano. Es una decisión histórica e insisto, muy merecida.
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Siempre digo que la historia de la cultura local, deberá agradecer eternamente al Dr. Julio C. Gioscio, aquella convicción y determinación de su gestión, de adquirir el inmueble de lo que era el Cine Argentino; porque transformó el lugar en el centro cultural por excelencia de Mercedes y esa gestión nos dejó las salas más importantes de teatro que tenemos los mercedinos. Primero se inauguró la de la planta alta y tiempo después, la sala B, la de la planta baja.
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El regreso de la democracia, con estas significativas obras, sin dudas marcaron a fuego definitivamente la rica historia cultural mercedina. Fueron de las más relevantes y convirtieron al Teatro Argentino, en el templo por excelencia de la cultura.
Y Eduardo De Laudano, además de todo su talento innato, fue el director que estaba al frente de la comedia municipal cuando el teatro Argentino, comenzó a dar sus primeros pasos y quien jerarquizó con su presencia ese “templo”.
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El fue quien comandó el estreno de la Sala “A” para quedar oficialmente inaugurada y también después se encargó de otro estreno para que comience a funcionar la sala B, la de la planta baja. Siempre en ambos casos con convocatoria de artistas locales, que lo acompañaron en los elencos.
Por eso, hoy en plena remodelación, cuando la Sala A quede reinaugurada y se descubra la placa que lleve el nombre de Eduardo, será un momento sublime y de los más destacados que la historia cultural local recuerde.
Porque Eduardo es el director que los jóvenes que terminábamos la secundaria y amábamos el teatro, es el que te atendía en su casa de la calle 20 con su mejor sonrisa, cuando íbamos a pedirle que nos dirigiera en la obra de fin de año en el colegio.
Es el director que aprendió a hacerlo, primero siendo actor de la escuela de la recordada Ida Zoccola de Milesi, después de haber pasado por la dirección del querido Yiyo Celeri y luego y definitivamente, poniendo al servicio de la ciudad todo su talento para dirigir.
Es de esos tipos que de la nada te inventa una maravilla. Yo recuerdo con pocos años de edad y maravillado; cómo hacía volar a la muerte en su puesta con los jóvenes del Colegio Normal “Variaciones sobre Romeo y Julieta”. Una obra de fin de año de colegio, que tenía pedido de presentaciones de todos lados.
La emocionante puesta de “La Flor del Lirolay”; representar mágicamente a Lorca o ver el debut en la Sala A de la excelente Carolina Fal con su corta edad y antes de ser famosa, en “Tres teatros tres”; por citar algo de lo que no se me borra más.
Eduardo es director y maestro, vecino y querido por todos y dejó marcado a fuego su legado cultural puesto al servicio de los mercedinos desde siempre; por eso, cuando Lucía anunció la noticia, nos dio una gran alegría y sensación de justicia y mérito. Felicitaciones por la medida. Inmensa alegría por Eduardo.
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