TERCER DIA DE CRISIS SOCIAL Y POLITICA EN BOLIVIA
El correponsal contaba que Cochabamba “está paralizada”, mientras hablaba el dirigente Evo Morales, que representa a los cocaleros.
“En La Paz, hay manifestaciones multitudinarias que convergen desde El Alto, donde se originó la rebelión. Se trata de mineros e indígenas, muy combativos, y lo hicieron contra las Fuerzas Armadas. No van a parar hasta que no se vaya Sánchez de Lozada, porque eso no es atacar a la democracia sino terminar con una dictadura que mata al pueblo, tal la postura de la oposición”, explicó el periodista, que sufre las consecuencias de los gases lacrimógenos.
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Además, advirtió que puede haber un derramamiento de sangre peor, en tanto el gobierno “parece desmoronarse, porque la coalición está resquebrajada porque el vice no respaldó la represión ordenada por Lozada”.
“De esta manera, la caída del Presidente de Bolivia está cercana”, añadió.
Acerca del desabastecimiento, dijo que faltaron alimentos en Cochabamba, pero por poco tiempo. “Los productos reaparecen siempre con aumento de precios”, agregó, y describió: “La situación puede agravarse nuevamente y el desabastecimiento de las últimas 48 horas puede profundizarse”.
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En estos momentos, estallan bombas molotov en un edificio gubernamental que dista una cuadra de la Casa de Gobierno. Hay órdenes de resguardar a la familia del Presidente.
Enfrentamiento
Unos 2.000 mineros que pretendían llegar desde Oruro a La Paz protagonizaron hoy una violenta confrontación con efectivos militares y policiales en la carretera que une a ambas ciudades.
La cadena radiofónica Erbol señaló desde el lugar del enfrentamiento que el choque se produjo en el centro de la población de Patacamaya, situada a 109 kilómetros de la sede del Gobierno boliviano, aunque no informó aún de posibles víctimas mortales.
Los manifestantes pretendían cruzar esa población, a mitad de camino entre Oruro y La Paz, con el objetivo de unirse a las marchas contra el Gobierno en La Paz. También debían atravesar la población de El Alto, donde el martes se vivió una jornada de relativa tranquilidad tras varios días de violentos disturbios.
El conflicto en Bolivia, donde organizaciones y sindicatos se manifiestan desde el pasado mes de septiembre contra la exportación de gas y, desde hace unos días, exigen la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, ha causado hasta ahora alrededor de cincuenta muertos desde mediados de septiembre.
Un reportero de Erbol dijo, desde Patacamaya, que los roces comenzaron cuando una marcha de al menos 2.000 mineros, procedentes de Oruro y de los campamentos de esa región al sur de La Paz, intentó burlar el cierre de la vía impuesto por las fuerzas del orden.
Tras varios minutos de tensión, el conflicto estalló con el lanzamiento de piedras y dinamita, por parte de los manifestantes, y de proyectiles de gas lacrimógeno y balines de goma por parte de los efectivos policiales.
Las fuerzas castrenses dispuestas en la localidad, que cuentan con tres tanquetas de guerra, intervinieron posteriormente, pero no hicieron uso de munición de guerra, señaló la fuente. El humo de los gases y el ruido de las explosiones de dinamita y de los disparos de balas de goma provocó una situación de caos en la población, cuyos comercios cerraron instantes antes por temor a posibles destrozos.
Al margen de los incidentes de Oruro, en el día de hoy se prevén nuevos altercados con las fuerzas antidisturbios, por la llegada de campesinos del altiplano del norte de La Paz y de Yungas, la zona tropical de esta región, a la sede de Gobierno y a la localidad colindante de El Alto.
Este choque llegó tras una jornada marcada por una tensa calma en la sede gobierno y El Alto, donde el lunes se dispuso un estricto control militar, después de varios días de violencia que se saldaron con más de cuarenta muertos.
Tercer día de crisis
La huelga de los transportistas y la falta de gasolina acentuaron la paralización de La Paz, sede del Gobierno, que sufre los efectos de una movilización de varios sectores que piden la dimisión del presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada.
Las principales organizaciones sindicales del país, que bloquean algunas carreteras y realizan permanente protestas callejeras en las ciudades desde hace un mes, se oponen a la decisión gubernamental de exportar el gas natural a los Estados Unidos y México.
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