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La lactancia materna, la gran oportunidad nutriemocional para construir infancias más saludables.

La Semana Mundial de la Lactancia se celebra en más de 170 países del 1 al 7 de agosto, con la intención de fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo.

Por Equipo de Redacción MercedesYA
La lactancia materna, la gran oportunidad nutriemocional para construir infancias más saludables.

Por Alberto Arribas, Lic. En Nutrición - Matricula 286, Especialista en nutrición materno-infantil del equipo de CRENYF

La Semana Mundial de la Lactancia se celebra en más de 170 países del 1 al 7 de agosto, con la intención de fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Cuando hablamos de lactancia materna podríamos diferenciar a la leche materna como alimento y el acto de amamantar, que va más allá de dar de comer, siendo ambas sumamente importantes para el niño y su mamá.

La leche materna es el alimento más perfecto sobre la faz de la tierra. Se adapta específicamente a las necesidades del bebe según su crecimiento y desarrollo. Esta característica, de adaptación, de modificación de la composición de la leche hace que se lo considere un tejido vivo. La leche materna tiene innumerables beneficios a corto y a largo plazo para él bebe, además, los mismos no son sólo para el niño sino también para la madre, familia y la sociedad.

Si existiera un alimento o producto alimenticio con estas características haríamos todo lo posible para obtenerlo. Su fórmula naturalmente magistral nos aporta:

Hidratos de carbono: especialmente lactosa que es el azúcar de la leche, por eso predomina el sabor dulce, su principal función es aportar energía, pero además facilita la absorción del calcio, hierro y zinc, nutrientes esenciales para esta etapa. Adicionalmente tiene beneficios para el sistema nervioso gracias a aporte de la galactosa.

Dentro de los hidratos de la leche materna se encuentran los prebióticos -sustancias para alimentar las bacterias buenas que están en el intestino-. Las mismas se encargan de modular la inmunidad intestinal, promueven la maduración de las células intestinales, estimulan el crecimiento de bacterias saludables, intervienen en la maduración neurológica e influencian en el desarrollo inmunológico.

La leche materna también nos aporta estas bacterias saludables para el intestino del recién nacido; las mismas tienen beneficios antimicrobianos, antiinflamatorios y moduladores de la respuesta inmunitaria. La colonización bacteriana inicial del tractogastrointestinal es crucial para garantizar salud en etapas posteriores.

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Las Proteínas justas para que el bebe desarrolle sus órganos y músculos sin sobrecargar los riñones que están en desarrollo. Su aporte de inmunoglobulinas es importantísimo para cuidar el sistema inmune.

Las Grasas de la leche materna no solo deben asociarse al aporte de energía que brinda como única oportunidad, sino al desarrollo del sistema nervioso, inmunitario y visual del bebe. Las mismas también son grandes aliadas para el transporte de vitaminas y nutrientes.

La leche materna aporta Vitaminas y Minerales en cantidades y combinaciones saludables para que el bebe las aproveche al máximo. Las mismas favorecen el crecimiento saludable y el funcionamiento de los órganos participando en la formación del sistema nervioso y de la hormonas, glóbulos rojos y material genético.

Un gran porcentaje de la leche materna está compuesta por Agua que le asegura la hidratación al bebe sin necesidad de incorporar agua durante la lactancia exclusiva (los primeros 6 meses).

Y como si fuera poco nos brindan hormonas que son sustancias químicas muy inteligentes que envían mensajes a los órganos para garantizar su correcto funcionamiento. Algunas ayudan a la correcta producción (prolactina) y bajada (oxitoxina) de leche, regula los patrones de sueño del bebé y un dato no menor es que la presencia de leptina (la hormona reguladora del apetito) es la que se encargara de que el bebe deje de comer cuando no necesite más alimento. Esto es importantísimo para fomentar la teta a libre demanda perdiéndole el miedo a la sobrealimentación. Además, estas hormonas ayudan a los vínculos emocionales.

Dar la teta es mucho más que dar de comer a un niño. Es crear vínculos llenos de caricias, miradas, aromas, calor, abrazo, besos. Todo esto nutre el mundo emocional. Los brazos de los padres es uno de los mejores escenarios para que el bebe esté seguro de que el mundo complejo al que llegó, cuenta con adultos disponibles que están para cuidarlo y amarlo.

La hormona del amor, como la llaman a la oxitocina, no solo esta aumentada en la mamá que da de mamar, sino en el padre y él bebe que reciben y dan amor. Los bebés que han sido amamantados desarrollan una mayor autoconfianza, autoestima y autonomía.

La primera hora de vida del bebe es un momento sagrado que en lo posible debería ser respetado, cuidado y garantizado. Lo ideal es que al nacer el bebé se lo coloque desnudo junto a la piel de su madre sin camisones ni batas, el bebe instintivamente repta hacia el pezón y comienzan la lactancia. Es importante que la sociedad (madres, familias, equipos de salud) aprendan a defender y a respetar la hora sagrada. La lactancia contribuye a aumentar la seguridad y la confianza de la madre y permite disminuir el estrés y las emociones displacenteras propias de esta etapa. Es una gran oportunidad que disminuye el riesgo de depresión posparto.

Ahora bien, en necesario no romantizar esta etapa y dejar de vender estereotipos irreales como si fuera todo perfecto y de revistas. Hay muchas mamás que la transitan con mucho miedo, estrés ansiedad y angustia. Las emociones displacenteras repercuten en la producción y la bajada de la leche, influyendo directamente en la oportunidad de transitar y sostener la lactancia materna. Es muy importante la contención, sin invasión, de la madre.

Cuando las cosas se hacen difíciles, “no hay que darse vencido ni aún vencido” el acompañamiento desde la información impartida por un profesional capacitado en lactancia y las practicas saludables en este proceso es clave. El rol de la puericultora ayudará a optimizar los cuidados del niño en todos sus aspectos, físico, emocional, mental, y espiritual desde su concepción, vida intrauterina, nacimiento y los primeros años de su primera infancia.

La lactancia materna es una fuente de salud presente y futura que debería garantizarse mínimamente hasta los 2 años, siendo exclusiva hasta los 6 meses, y posteriormente todo el tiempo que madre e hijo deseen. Es importante que las decisiones y necesidades de cada familia se vean respetadas, sea cual sea la opción que elijan. Para que esto suceda deberían existir cada vez más entornos que acompañen la lactancia como bancos de leche, espacios amigos de la lactancia y leyes laborales acordes a este derecho.

La lactancia materna es uno de los mejores regalos que se le puede hacer a un hijo, intentalo.

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