El Vaticano abre una nueva era: quiénes suenan con más fuerza para suceder al papa Francisco

Con la muerte del papa Francisco el 21 de abril, la Iglesia Católica entra en una etapa de sede vacante que pone en marcha el complejo engranaje del cónclave, la tradicional reunión a puertas cerradas donde los cardenales menores de 80 años eligen al nuevo líder espiritual de más de mil millones de fieles. La expectativa, tanto dentro como fuera del Vaticano, gira en torno a quién podrá continuar —o redefinir— el legado del pontífice argentino.

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Entre los nombres que comienzan a ganar terreno dentro del Colegio Cardenalicio figuran figuras con trayectorias diversas, pero que comparten visibilidad internacional y una marcada influencia en los espacios eclesiásticos más estratégicos. El italiano Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, se perfila como una opción de continuidad institucional. Su perfil diplomático y su cercanía con las decisiones clave de la Santa Sede lo colocan entre los más mencionados por quienes conocen los movimientos internos.

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Otro nombre con proyección es Matteo Zuppi, también italiano, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Vinculado a posturas de diálogo y justicia social, su línea pastoral guarda afinidades con las preocupaciones que marcaron el pontificado de Francisco. En un plano más internacional, el filipino Luis Antonio Tagle aparece como una figura capaz de tender puentes entre continentes. De carisma popular y visión abierta, su elección marcaría una señal fuerte hacia Asia, una región donde el catolicismo crece de manera sostenida.

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Tampoco se descarta una apertura hacia África. El ghanés Peter Turkson, con un perfil centrado en temas de desarrollo humano y justicia, representa una voz escuchada en los debates sociales globales. Su eventual elección como papa sería histórica, aunque su edad y los recientes cambios de rol dentro de la Curia generan algunas dudas sobre sus posibilidades reales.
Más conservador y de línea opuesta a muchas de las reformas de Francisco, el estadounidense Raymond Burke sigue presente en las conversaciones, aunque con menos apoyos concretos. En tanto, desde Europa Central, el húngaro Péter Erdo es mencionado como opción teológica sólida y con buena llegada a sectores tradicionales.
La elección del próximo papa estará condicionada por la composición del cónclave: una mayoría de cardenales designados por el propio Francisco podrían inclinar la balanza hacia un perfil continuista. No obstante, los factores geográficos, las tensiones doctrinales internas y el contexto político internacional también influirán en una elección que puede marcar el rumbo del catolicismo en las próximas décadas.
Aunque el desenlace permanece abierto, el proceso ya está en marcha y el mundo observa con atención. El nuevo pontífice no solo será guía espiritual: también se espera que defina la postura de la Iglesia frente a los desafíos contemporáneos. La sucesión de Francisco, como ocurrió con cada cambio de era papal, puede redefinir el mapa religioso y político global.

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