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Profunda preocupación en el Gobierno por la posible repetición de protestas populares

El tema ocupó el centro de la atención en una reunión que mantuvo Duhalde con sus colaboradores. De ese encuentro salió la orden de flexibilizar cuanto antes el corralito

Por Sergio Maineri
Profunda preocupación en el Gobierno por la posible repetición de protestas populares

El Presidente recibió preocupantes informes de inteligencia. Su secretario general dijo que “no hay lugar para cagones”
Después de las protestas de la madrugada de ayer, el Gobierno nacional analizó con preocupación la posibilidad de que el malhumor social que generan las restricciones bancarias se agudice en las próximas horas y derive en la repetición de cacerolazos y manifestaciones y en un recrudecimiento de hechos de violencia e incidentes.
Públicamente la postura fue opuesta a lo que se debatió puertas adentro. El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, reconoció que el clima que predomina en el país es “muy grave y muy denso”, pero advirtió tajantemente: “Acá (en el Gobierno), no hay lugar para cagones; es lugar para tomar decisiones”.
En rigor, el de el jueves no fue el primer cacerolazo contra Duhalde, ya que las baterías de cocina se hicieron oír con las últimas líneas del discurso que leyó ante la Asamblea Legislativa, a poco de que ésta lo eligiera Presidente de la Nación. Pero el último fue mucho más contundente que aquel primer esbozo de malestar popular.
Ese conflictivo panorama fue el principal tema de evaluación de una reunión que el presidente Eduardo
Duhalde encabezó al mediodía en la residencia de Olivos junto a su equipo de colaboradores más directos, según voceros del oficialismo.
Durante el encuentro reservado de Duhalde y lo que en las esferas gubernamentales se denomina como su “comité de crisis”, se analizaron algunos informes de inteligencia que advertían de la posible repetición de cacerolazos, como el que se produjo el jueves en la Capital Federal, a raíz del rechazo que generó el cronograma elaborado por el Gobierno para el retiro de los depósitos incautados en el “corralito”.
Según las fuentes consultadas, el Presidente reconoció en la intimidad de la reunión su “preocupación” por el repudio popular a las nuevas medidas y ordenó a sus colaboradores en materia económica ponerse a trabajar en forma urgente en un proyecto para “flexibilizar” el sistema de retiro de los depósitos del sistema financiero. Las novedades se conocerían hoy mismo.
Algunas informaciones que manejan en el Gobierno sostienen que en las próximas horas se podrían repetir las protestas en la Capital Federal, pero el principal temor oficial estén enfocado en la posibilidad de que las manifestaciones deriven en nuevos hechos de violencia e incidentes como ocurrió ayer a la madrugada en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
En la reunión con los miembros del denominado comité de crisis, de la que de acuerdo con las fuentes participaron el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el secretario de Medios, Carlos Ben; el vocero presidencial Eduardo Amadeo; el secretario de Inteligencia del Estado, Carlos Soria; y el asesor Julio Verdi. También participó el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. Frente a ellos, Duhalde reclamó que cuanto antes se anuncie la flexibilización del “corralito”. En los pasillos de la Casa Rosada varias especulaciones sostienen que el cronograma de liberación de depósitos que difundió ayer el Ministerio de Economía constituía una especie de “test” para medir la reacción de los ahorristas y, en el caso de que se produjeran protestas, como finalmente ocurrió, el Gobierno anunciaría una flexibilización como muestra de un esfuerzo adicional.
En ese esquema, de acuerdo con la lectura oficial, Duhalde aparecería mostrando una actitud “contemplativa” ante los reclamos populares y obtendría algún crédito de la opinión pública para avanzar en el programa económico que puso en marcha con el propósito de sacar al país de la crisis política, social y económica.
Esta claro que el fantasma de los cacerolazos que derivaron en la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, y que además aceleraron el final de la fugaz gestión de Adolfo Rodríguez Saá, todavía sigue acechando, y lejos está Duhalde de haber logrado exorcizarlo. Ahora el Gobierno apura medidas para calmar los ánimos. Al menos, por unos días...

Fuente: Diario Hoy La Plata

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