Mientras Luján controla el río, Mercedes se inunda: la obra turística que quedó bajo agua

La última crecida del río Luján volvió a mostrar una realidad desigual en la misma cuenca. En Mercedes, los vecinos padecieron calles y viviendas anegadas, mientras que en Luján, aguas abajo, el desborde fue contenido gracias a las obras hidráulicas que el gobierno provincial ejecutó en los últimos años.

La diferencia no es menor. En Luján se ensanchó el cauce, se levantaron puentes y se construyeron muros de contención. Esas intervenciones permitieron que, tras jornadas de intensas lluvias, el agua escurriera sin alcanzar niveles de catástrofe. Mercedes, en cambio, apostó a otra estrategia: embellecer la ribera con un paseo turístico. Hoy, ese paseo está completamente bajo agua, símbolo de una decisión política que privilegió la vidriera urbana antes que la prevención real frente a las inundaciones.

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El contraste genera malestar entre los vecinos. Muchos se preguntan si Mercedes quedó relegada para que Luján pueda mostrar resultados. A la falta de obras se suma un trasfondo político delicado. El gobernador Axel Kicillof y los intendentes de Mercedes, Juan Ustarroz, y de Luján, Leonardo Boto, responden al mismo espacio kirchnerista. La alineación genera suspicacias: mientras en Luján se exhiben obras que rinden políticamente al oficialismo, en Mercedes no hubo reclamos contundentes por la ausencia de intervenciones de fondo. La sensación de que la ciudad “aceptó” quedar expuesta se multiplica en cada crecida.

El resultado está a la vista. Luján, antes sinónimo de inundaciones, ahora puede mostrar que resiste a las lluvias. Mercedes, en cambio, sufre las consecuencias. Los vecinos ven cómo la ciudad invirtió en un paseo que hoy yace bajo agua, sin soluciones estructurales que eviten la repetición de un drama que ya es crónico.