La comunidad artística argentina amanece hoy con un vacío irreparable. Antonio Gasalla, uno de los más grandes humoristas que ha dado nuestro país, falleció a los 84 años. La noticia, que rápidamente generó una ola de tristeza entre sus admiradores y colegas, fue anunciada por el reconocido productor teatral Carlos Rottemberg a través de sus redes sociales.

El actor, cuyo estado de salud se había deteriorado en los últimos años debido al Alzheimer que padecía, deja un legado artístico incomparable en la cultura popular argentina. Gasalla creó personajes que quedaron grabados en la memoria colectiva, desde la entrañable Mamá Cora hasta la filosa Doña Elvira, pasando por su emblemática secretaria y tantos otros que marcaron generaciones enteras.

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Nacido en Buenos Aires en 1941, Gasalla revolucionó el humor en Argentina con su particular estilo, alternando entre la comedia y la crítica social. Sus colaboraciones con figuras como Nito Artaza y Javier Portales lo posicionaron como uno de los comediantes más versátiles y queridos del espectáculo nacional.

En los últimos tiempos, el deterioro de su salud había mantenido preocupados a sus seguidores. Alejado de los medios y bajo el cuidado de sus seres queridos, el actor transitaba su enfermedad lejos de las cámaras que tanto lo adoraron.

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La partida de Antonio Gasalla no solo deja un inmenso vacío en el mundo del espectáculo, sino también en el corazón de millones de argentinos que crecieron riendo con sus ocurrencias y personajes inolvidables. Su talento, creatividad y capacidad para retratar la idiosincrasia argentina serán recordados como un tesoro cultural inestimable.