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LA ATMOSFERA, UN SERIO PROBLEMA, PERO DE TODOS

INFORME ESPECIAL - El cambio climático y la destrucción de la capa de ozono son las dos mayores amenazas al futuro de la vida en el planeta tierra

Por Sergio Maineri
LA ATMOSFERA, UN SERIO PROBLEMA, PERO DE TODOS

Son dos problemas físicos diferentes, con causas concretas distintas e impactos específicos diferenciados. Sin embargo, existen vínculos entre ambos problemas, pues en los dos casos se deben a la acumulación en la atmósfera de gases producidos por la actividad industrial humana, en ambos casos las consecuencias son de ámbito planetario (evidentes ya hoy, y de largo alcance), y las soluciones parten de la necesidad de compromisos políticos desde el nivel internacional al local.

La campaña de Atmósfera de Greenpeace trabaja para frenar la contribución humana a ambos problemas e impulsar la puesta en práctica de soluciones. La biodiversidad es el término con el que se denomina a la riqueza biológica de una determinada zona. Entre sus componentes se encuentran la cantidad y abundancia de especie, subespecies y razas, la variedad de hábitats, ecosistemas y paisajes o la información genética. Todos ellos se combinan para regular el clima, producir y mantener el suelo, los bosques y los pastizales, equilibrar los componentes de la atmósfera, mantener los ciclos del agua y el carbono, y generar una inmensa productividad en las zonas costeras. Estos procesos son la base de la vida en la Tierra tal como la conocemos hoy en día.

La evolución de los seres vivos del planeta ha generado un sinfín de modelos y adaptaciones para poder sobrevivir en su medio ambiente. Cientos, miles o millones de años ha costado a muchas especies, subespecies y variedades genéticas llegar a un cromatismo y estructura determinados, dando lugar a la actual diversidad de vidas o biodiversidad. Cada una de estas expresiones naturales contiene miles de genes repletos de información sobre cómo ha superado el reto de sobrevivir en un ecosistema cambiante. La biodiversidad no radica solamente en el número de animales y plantas en sus distintas formas; abarca también sus interrelaciones y proporciones, que deben ser las adecuadas. No es, por tanto, una cuestión de cantidad, sino de calidad. La diversidad biológica necesita de todos sus componentes en la dosis apropiada.

El ser humano se ha fijado siempre en la naturaleza para copiar sus tácticas y adaptaciones y aplicarlas a su tecnología. El sistema de ecolocación de murciélagos y cetáceos ha sido la base para la “invención” del sonar; las propiedades de las plantas medicinales son fundamentales en la farmacología moderna; los sistemas de termorregulación de muchos animales han servido como guía en la búsqueda de soluciones y sistemas de aprovechamiento de energía. Anualmente se extinguen miles de especies animales y vegetales, así como un número desconocido de subespecies, poblaciones y variedades genéticas. Con ellos perdemos para siempre miles de años de conocimiento y privamos a las generaciones futuras de recursos naturales que son fundamentales para su bienestar y supervivencia.

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La necesidad de mantener un ecosistema diverso y proteger los demás seres vivos de este planeta va más allá de razones meramente “románticas”. Su finalidad es la de asegurar que cada ecosistema dispondrá en el futuro de los medios necesarios para hacer frente a las eventualidades que se le presenten y asegurar así su supervivencia. En la actualidad, nuestra biodiversidad global se encuentra bajo una gran amenaza. Alrededor de todo el mundo, a medida que se extiende el desarrollo industrial, los hábitats se fragmentan, destrozan, sobreexplotan, irradian y envenenan. Los residuos tóxicos, son enterrados en hábitats donde viven especies en situaciones críticas y el petróleo impregna inmensas extensiones de ecosistemas terrestres y acuáticos.

Todas las especies desempeñan un papel dentro de los ecosistemas. Juntos, mantienen los procesos ecológicos vitales en la Tierra, como el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que consumimos. Otras causas que también han contribuido a la crisis de la biodiversidad incluyen; la recolección y explotación abusiva de fauna y flora, la introducción de especies en áreas donde no se dan de manera natural y la contaminación. Además, como resultado de la utilización de combustibles fósiles, empezamos a percibir los cambios climáticos que serán, en un futuro muy próximo, una de las causas de extinción de especies.

Greenpeace, lleva trabajando 14 años desde el Departamento de Biodiversidad en campañas contra la destrucción de los bosques, sobreexplotación de los recursos pesqueros, degradación de los océanos y de los ecosistemas costeros y marinos, protección de las especies marinas amenazadas y alertando sobre los peligros de la ingeniería genética. Durante muchos millones de años, el efecto invernadero natural ha mantenido el clima de la Tierra a una temperatura media relativamente estable y permitía que se desarrollase la vida. Los gases invernadero retenían el calor del sol cerca de la superficie de la tierra, ayudando a la evaporación del agua superficial para formar las nubes, las cuales devuelven el agua a la tierra.

La lluvia y el calor del sol permitían a las plantas crecer, al suelo formarse y mantenían todas las formas de vida en el proceso. Las plantas y el suelo absorbían el dióxido de carbono y otros gases invernadero del aire. Una compleja mezcla de sistemas biológicos e hidrológicos desprendían la cantidad justa de dióxido de carbono para mantener un equilibrio estable de estos gases en el aire. En los últimos 160.000 años, la tierra ha pasado dos períodos en los que las temperaturas medias globales fueron alrededor de 5ºC más bajas de las actuales. El cambio fue lento, transcurrieron varios miles de años para salir de la “era glacial”. Ahora, sin embargo, las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera están creciendo rápidamente, como consecuencia de que el mundo quema cantidades cada vez mayores de combustibles fósiles y destruye los bosques y praderas, que de otro modo podrían absorber dióxido de carbono.

Si las predicciones de la ciencia del clima son correctas, en menos de un siglo el resultado será una elevación de la temperatura global muchas veces más rápida que ningún incremento de la temperatura en la historia de la humanidad. Hay unos Límites Ecológicos que no debemos sobrepasar. Los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) han hecho estimaciones de algunos de los posibles Impactos de un rápido calentamiento global. La respuesta de los gobiernos es todavía mucho más lenta e ineficaz, a través del Convenio del Clima y su Protocolo de Kioto. Estos acuerdos han de ponerse en práctica y reforzarse con urgencia, para que se conviertan en un instrumento eficaz para detener el cambio climático.

Una de las mayores amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta es el cambio climático provocado por el efecto invernadero, que se produce, fundamentalmente, por el incremento de CO2 en la atmósfera. La quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) emite grandes cantidades de CO2. El objetivo de Greenpeace es detener el cambio climático luchando por un cambio en las políticas energéticas en favor del ahorro, la utilización eficiente de la energía y el desarrollo de las energías limpias y renovables.

Greenpeace está presionando al Gobierno para que se reduzcan las emisiones y, en consecuencia, se opone a los proyectos de construcción de nuevas centrales térmicas, mientras que apoya las alternativas de energía limpia, marginadas por el Gobierno

Fuente: cipo

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