EL ULTIMO ADIOS A TITA MERELLO, UNA LEYENDA DEL CINE Y EL TEATRO ARGENTINO
La popular actriz y cantante Tita Merello murió a los 98 años de un paro cardiorrespiratorio en la Fundación Favaloro, donde residía desde 1997.
“Me está llegando la hora”, fueron las últimas palabras de la famosa intérprete, poco antes de su fallecimiento el martes a las 12.40, según relataron los médicos que la asistieron desde el prestigioso centro de salud.
Dueña de un perfil inconfundible, con una voz 'arrabalera' que le valió un lugar destacado en el universo del tango, Tita, que jamás renegó de sus orígenes humildes, brilló en el cine y el teatro entre 1930 y 1970 y dejó su huella indeleble en la escena local.
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El Jefe del Instituto de Cardiología de la Fundación Favaloro, Eduardo Gabe, recordó que “Tita tuvo una pena muy grande después de la muerte del doctor (René) Favaloro”. Poco a poco fueron llegando a las puertas de esa sede, en Belgrano 1746 de Capital Federal, sus sobrinos, su amigo Julio Maharbiz, el compositor Ben Molar y otros artistas, además de personas que depositaron allí ofrendas florales.
La familia de la actriz pidió especialmente que el dinero no sea destinado a ese tipo de ofrendas sino derivado como donaciones a la Fundación Favaloro.
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Asimismo, se determinó que no haya velatorio, sino una misa de cuerpo presente que se realizará hoy a las 9 en la Iglesia San Pedro Telmo, en Humberto Primo y Defensa. Desde allí, el cuerpo -que permanecerá hasta ese momento en la Fundación- será trasladado al Panteón de Sadaic en el Cementerio de la Chacarita.
El director general de la Fundación Favaloro, Eduardo Raimondi, manifestó que la actriz “cumplió un sueño de llegar a los 98 años sin estar enferma”. “Ella llegó a esta edad sin ninguna enfermedad. Estaba un poco deprimida, propio de la edad, pero estaba bien y no había ninguna causa que pudiese originar su fallecimiento salvo su edad”.
Tita pasó sus últimos momentos “acompañada por una señora” que
cumplía el rol de “una dama de compañía” y, según recordó
Raimondi, “cada vez que salía a tomar sol no había quién no se detenga a saludarla. Todos eran amigos de ella”.
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