Dady Brieva enfrenta controversia por deudas millonarias en lujosa propiedad

Una situación financiera complicada ha puesto al popular actor y comediante Dady Brieva en el centro de la atención mediática. Según informes recientes, el ex integrante del grupo Midachi enfrenta una deuda considerable por expensas en su propiedad de Puerto Madero, uno de los barrios más exclusivos de Buenos Aires.

La información, revelada en el programa televisivo LAM, indica que Brieva acumula una deuda de aproximadamente 9.800.000 pesos argentinos en concepto de expensas. Esta suma corresponde a tres departamentos de su propiedad, ubicados en el piso 44 de un lujoso edificio, que se encuentran unidos formando una sola unidad. Yanina Latorre, panelista del programa, señaló que el actor “tiene problemas con los vecinos” y que la falta de pago se remonta a noviembre del año pasado.

Puede Interesarte:

¿Llegará la nieve a Mercedes? Pronósticos anticipan bajas temperaturas y chances de nevada

Paradójicamente, mientras esta situación se desarrolla, Brieva no reside en la propiedad en cuestión. Actualmente, el humorista y su esposa, Mariela Anchipi, habitan una mansión en el exclusivo country Club de Campo Abril, cuyo valor se estima en cerca de 2 millones de dólares. Este contraste entre la deuda acumulada y su actual residencia ha generado controversia y especulaciones sobre la situación económica del artista.

El departamento de Puerto Madero, ahora en alquiler, está valuado en 1.460.000 dólares. En el pasado, las cámaras del programa “Cuestión de Peso” tuvieron acceso al inmueble, revelando sus lujosos interiores. Entre los detalles destacados se encuentran una cocina de última generación con heladera de puerta doble y una amplia barra, un living comedor moderno con capacidad para ocho personas, y una terraza con vistas panorámicas del prestigioso barrio porteño.

La situación se complica aún más con la revelación de que un inquilino en el piso 17 del mismo edificio también mantiene una deuda de ocho millones de pesos en expensas. Según Latorre, este inquilino enfrentó dificultades para abandonar el edificio, llegando al punto de que se le impidió a la empresa de mudanzas retirar los muebles hasta que se saldara la deuda.