Científicos bonaerenses impulsan la seguridad alimentaria en emprendimientos artesanales
La producción artesanal de alimentos en la provincia de Buenos Aires está recibiendo un importante respaldo científico. Un equipo interdisciplinario del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (CIVETAN) y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia (UNICEN) ha puesto en marcha un innovador proyecto para elevar los estándares de seguridad alimentaria en pequeños emprendimientos comunitarios y familiares.
Esta iniciativa, financiada por la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), surge como continuación de un programa piloto desarrollado entre 2021 y 2023. El objetivo principal es brindar apoyo a las Pequeñas Unidades Productivas de Alimentos Artesanales (PUPAAs) de la región de Tandil, que elaboran una variedad de productos como panificados, confituras, embutidos y miel.
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La Dra. Juliana González, miembro del equipo de investigación, enfatiza la importancia de la seguridad alimentaria en estos emprendimientos: “Nuestro enfoque es capacitar continuamente a los productores para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos”. Esta labor es crucial, ya que muchas de estas unidades productivas, debido a su escala y características, enfrentan dificultades para cumplir con los requisitos del Código Alimentario Argentino.
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El impacto del proyecto trasciende lo meramente sanitario. La Dra. González subraya su relevancia económica y social: “Estos emprendimientos, mayoritariamente liderados por mujeres en situaciones vulnerables, fomentan la economía local y proporcionan ingresos vitales para numerosas familias”.
Un aspecto fundamental de la investigación es el control de la inocuidad alimentaria para reducir el riesgo de Enfermedades de Transmisión Alimentaria (ETA). Estas patologías representan una preocupación global de salud pública, afectando a personas de todas las edades.
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El equipo de científicos emplea diversas herramientas en su estudio, incluyendo diagnósticos situacionales, monitoreos microbiológicos y caracterización de bacterias patógenas. Paralelamente, han elaborado un manual de buenas prácticas de próxima publicación.
La Dra. Nora Padola, directora del proyecto, destaca la versatilidad y accesibilidad del manual: “Hemos diseñado este recurso para que pueda ser utilizado más allá de nuestra región. Nuestro objetivo es que esta investigación tenga un impacto práctico y extensivo”.
Este proyecto ejemplifica cómo la colaboración entre la ciencia y los productores locales puede fortalecer la seguridad alimentaria, impulsar la economía regional y mejorar la calidad de vida de las comunidades. Representa un modelo prometedor que podría replicarse en otras zonas del país, contribuyendo así al desarrollo sostenible y la salud pública.
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