Carolina Fal. “Electra Shock”, o un mundo de sensaciones
Apagón. La voz de José María Muscari pide celulares desconectados y arranca su explicación: “Este no es un espectáculo concebido para un teatro a la italiana, con el público en las butacas. Estaba pensado para la Ciudad Cultural Konex, en un espacio alternativo, pero el Gobierno de la Ciudad no la habilitó y cuatro semanas después de lo previsto terminamos en el Lorange”. Vale la aclaración. Porque la obra, en un espacio extraño, ajeno, impacta por la puesta en escena, por las actuaciones, las coreografías y la música electrónica. “Electra Shock”, una adaptación libre, muy libre, de Muscari sobre “Electra”, de Sófocles, abrió ayer el Festival de Teatro Griego con todo. ¿El impacto hubiera sido mayor en su ámbito natural? Sí. Porque la pieza cuenta con una puesta arriesgada, novedosa y sólida, apuntalada por un excelente trabajo de Carolina Fal (Electra) y el resto del elenco.
La acción comienza cuando Electra decide vengar la muerte de su padre, Agamenón, asesinado por Clitemnestra (Stella Galazzi), su madre, y Egisto (Horacio Acosta), su tío.
Todo es ritmo y vértigo. Las situaciones no dan respiro, y las acciones transcurren sobre el escenario y debajo de él, en los pasillos, atrás, adelante, en todas partes. El Coro, según Muscari, cumple su rol clásico, pero funciona también para marcar los tiempos, los cambios de clima. Como para ordenar, si que se puede, las múltiples sensaciones que genera la obra.
Hay humor ácido, también momentos dramáticos. Todo está logrado y trabajado en “Electra Shock”, al fin y al cabo, una tragedia como corresponde, y también sin límites.
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