¿Por qué el mercedino es tan reticente al uso del casco?
N de R
Hicimos nuevamente el ejercicio. Nos paramos en diferentes esquinas, súper transitadas de la ciudad y a modo de un juego, nos encontramos con una triste realidad.
Elegimos 17 y 12. La intersección de calles 14 y 13. Y más en el centro elegimos 21 y avenida 16. Esperemos ver pasar diez motos o ciclomotores y contabilicemos, cuántos conductores van con caso y cuántos no y más o menos tendríamos una tendencia, aunque no se conozcan cifras o porcentajes oficiales del uso del casco en la ciudad. Es un ejercicio muy veloz, porque la cantidad que pasan por minuto, es asombrosa.
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Resultados: en 17 y 12 de 10 motos, dos solamente llevaban su casco. Las que pasaron por 14 esquina 13 (al menos en el ratito que nos pusimos a hacer el juego) bingo!!! 10 motos, 10 sin cascos!!! y en avenida 16 esquina 21 la cosa cambió, de 10 motos que pasaron, 4 llevaban protección, en algunos casos conductor y acompañante, un solo caso precisamente.
O sea, que de 30 motos contadas, solamente 6 cumplieron la norma. Realmente un número muy escaso. Y así podríamos haber continuado en diferentes puntos de la ciudad, que los resultados iban a ser similares, aunque cambia un poco el panorama en la zona céntrica, porque es donde se detectan más controles o donde se carga combustible.
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Entonces hace mucho tiempo, pero mucho, que en Mercedes se hace redundante esta pregunta: ¿por qué cuesta tanto acatar una medida que es obligatoria para la seguridad de los motociclistas?, ¿por qué no hay verdadera conciencia de lo que significa este elemento protector de la cabeza para evitar muertes?; se necesitan controles rigurosos y apelar a altas multas para concientizar o el ciudadano ya debería tener incorporado automáticamente este concepto, de que si ando en moto, debo hacerlo con casco. Pareciera hasta un fenómeno social que nos aqueja y que tantos dolores nos ha causado a familiares y amigos.
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A veces no se comprende por qué se tiene que insistir tanto con la importancia que tiene el uso del casco. ¿Por qué si debería ser algo natural?. Leíamos que cuando el vehículo se ve envuelto en un choque, el conductor suele sufrir una caída. Si su cabeza golpea contra un objeto, como puede ser el suelo, se produce una lesión por contacto o impacto directo.
Pero además, el movimiento que el cuerpo, cabeza incluida, traía durante la marcha sobre la moto o ciclomotor, o hasta en una bicicleta, se detiene bruscamente, mientras el cerebro continúa moviéndose dentro del cráneo en la dirección del movimiento corporal y luego de chocar contra la pared interna del cráneo es impulsado en la dirección opuesta.
Este tipo de impacto interno, puede provocar desde una lesión cerebral pequeña hasta una lesión tan grande que provoca la muerte. Ese suceso, en gran parte, lo evita el casco.
Las lesiones en la cabeza pueden ser de dos tipos: abiertas o cerradas, es decir, con heridas abiertas o no. En el primer caso se produce una fractura o penetración del cráneo que puede producir serias lesiones cerebrales. En el caso de heridas cerradas las lesiones se producen cuando el cerebro se sacude dentro del cráneo .La mayoría de las lesiones cerebrales son de este último tipo. Y pueden ser fatales.
Muchos son los distritos del interior, que tienen porcentajes bastante parecidos a los nuestros en cuanto al no uso del casco, pero como mercedinos es algo que tenemos pendiente. Ese juego de estar en la esquina y contabilizar motos y ciclomotores, créannos que termina siendo triste.
Miren, para concluir y sin ir más lejos. Llegó la pandemia del coronavirus hace dos años y debimos empezar a asumir conductas que antes no estaban en nuestras agendas diarias. El ejemplo más claro, es que hoy, si salimos a la calle y no agarramos el barbijo es como si nos faltara algo. O nos ocurre con el celular. Arrancamos la jornada y lo primero que nos tocamos, son los bolsillos. Billetera y celular. Pero cuando de motos o ciclomotores se habla, a una inmensa mayoría no le pasa de tener ese sano hábito que debe ser colocarse el casco.
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