La guerra urbana para la que el presidente iraquí, Saddam Hussein, se estaba preparando comenzó finalmente cuando decenas de tanques estadounidenses entraron retumbando en la ciudad de 5 millones de habitantes y atacaron dos complejos presidenciales en el margen occidental del río Tigris.
El polvo blanco de los morteros mezclado con una tormenta de arena que azotaba la ciudad obstruía la visibilidad, pero el ruido ensordecedor de las bombas de artillería y de los morteros resonaban por toda Bagdad, especialmente hacia el oeste y el sur.

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Al menos nueve civiles iraquíes murieron hoy cuando un misil de las fuerzas angloestadounidenses cayó en el centro de Bagdad, dijeron testigos a un periodista de la agencia AFP en el lugar del ataque.

“El misil , que dejó un cráter grande y hondo al caer destruyó tres viviendas de la calle 14 Ramadán, una arteria comercial del barrio Al Mansur”, según el corresponsal.
Nueve cuerpos ya fueron retirados de entre los escombros y los equipos de socorristas y habitantes seguían rastreando la zona en busca de otras posibles víctimas.
Un montón de cristales y de escombros estaban desparramados por el suelo, sobre todo enfrente de un restaurante, el Sa'ah, por donde había pasado en presidente iraquí Saddam Hussein el viernes durante el recorrido por las calles de Bagdad, mientras los soldados estadounidenses entraban en el aeropuerto internacional Saddam en las afueras de la capital iraquí.