La muerte de Miguel significó el fin de uno de los más emblemáticos sindicalistas de Argentina, heredero del puro movimiento justicialista de mediados de siglo XX y discípulo de las filas directas del gremialismo que fuera un apéndice el peronismo.

El “Loro”, como se lo conocía en los ámbitos políticos y sindicales, era líder del poderoso gremio metalúrgico desde 1969 de forma sólo interrumpida por el período represivo de la última dictadura militar.

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Por su carácter de dirigente histórico y poderoso, muchos líderes del justicialismo recurrían a él como oráculo de consulta y para pedirle el apoyo del sindicato a sus distintas aspiraciones.

El último de estos casos fue la reunión que accedió mantener Miguel con el precandidato presidencial, Adolfo Rodríguez Saá, quien tras el encuentro salió a reivindicarse como el “bendecido” por el peronismo histórico y destacó que el sindicalista adhería a su candidatura.

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En el plano de lucha formal de cuestiones sindicales, el titular de la UOM apareció por última vez el año pasado, cuando se reunió con el entonces presidente aliancista, Fernando de la Rúa, para exponerle la preocupación por los perjuicios que ocasionaban a su gremio los planes de competitividad lanzados e implementados por el otrora ministro de Economía, Domingo Cavallo.

El deceso de Lorenzo Miguel fue dado a conocer públicamente a la prensa por la secretaria privada del sindicalista, Lidia Vivona