La Iglesia planea financiarse sin los aportes del Estado
Sucede que, aunque todavía no se abordó el tema en una discusión plenaria, ni siquiera en la última en noviembre en Pilar, varios obispos son partidarios de que la Iglesia renuncie directamente a los aportes estatales, que actualmente suman 11,2 millones de pesos anuales, y que representan apenas el 7 por ciento de todos los gastos de la Iglesia. Esa suma se destina, principalmente, al pago de sueldos de los obispos, pero no al sostenimiento de la actividad pastoral de los 4.300 sacerdotes de todo el país, que básicamente se financia con las colectas.
De este modo, la desvinculación de los aportes del Estado sería un gesto de escasa significación económica, pero tendría un alto valor simbólico, puesto que reforzaría la imagen de independencia de los obispos y daría por tierra con la idea de que la Iglesia es mantenida por el Gobierno. Así, bajo la nueva conducción episcopal, que encabeza el cardenal Jorge Bergoglio, los obispos están dispuestos a fortalecer nuevas vías de financiamiento que aumenten los recursos obtenidos por los aportes de colectas y la ayuda de organismos católicos internacionales. De este modo, sin llegar a aplicar el diezmo, se intentará que cada católico asuma particularmente su responsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia.
Otro de los argumentos de los obispos es que en realidad es muy poco lo que da el Estado para el cultivo de los valores religiosos, si se lo compara con lo invertido en el desarrollo del deporte, el arte, o la educación.
La campaña de concientización sobre la responsabilidad de los católicos en el sostén económico de las actividades pastorales, cuyo lema es “Con tu aporte a la Iglesia, le das una mano a más gente de la que imaginás”, se realiza principalmente en las misas que se celebran en todo el país. En todas las misas los párrocos proceden a leer una carta firmada por los obispos en la que afirman: “La Iglesia necesita de la riqueza de tus dones y también de tu aporte económico”.
Esto forma parte de un nuevo impulso a la campaña de concientización de los fieles acerca del sostenimiento de la Iglesia, que hace más de una década que se viene llevando a cabo en todo el país.
De hecho, en los últimos años el programa incrementó el número de voluntarios que se ofrecieron para actividades en las parroquias y también, aunque leve, el monto total de los aportes en dinero.
No obstante, el problema es que, varios obispos tendrían apremios económicos si se decidiera renunciar completamente al aporte estatal, puesto que la contribución que reciben de los fieles es insuficiente para atender sus necesidades más elementales.
Un estudio hecho por la propia Iglesia en 20 diócesis revela que el aporte promedio mensual por cada asistente a misa es de tan sólo 1,20 pesos.
Por otra parte, la cúpula del Episcopado celebrará entre el martes y el miércoles próximo su última reunión del año, en la que los obispos, encabezados por Bergoglio, se juntarán por primera vez luego de las duras críticas que el presidente Néstor Kircher les hizo por su último documento.
Si bien es costumbre que, cuando hay un recambio de autoridades en la Iglesia, éstas presenten sus saludos al presidente de la Nación personalmente, la posibilidad de sentar a Kirchner con la cúpula del Episcopado todavía es aún lejana.
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