Este es el principal sospechado: Osama Bin Laden
El líder integrista islámico Osama Bin Laden figura como uno de los posibles sospechosos de estar detrás de los atentados del martes en Estados Unidos, aunque hasta el momento no los reivindicó ni existe prueba alguna que le vincule a los hechos. Es uno de los diez delincuentes más buscados por el FBI y su cabeza tiene un valor de un millón de dólares.
“Millonario del terror”, “banquero del terrorismo islámico” o “enemigo número uno de Estados Unidos” son algunos de los apelativos que se emplean en Occidente a la hora de referirse a Bin Laden, nacido en 1957 en Arabia Saudita y graduado en Religión y Ciencias Económicas en la Universidad Rey Abdul Aziz..
Considerado por Estados Unidos el mayor financiero del terrorismo islámico internacional, a Bin Laden se le atribuye la responsabilidad de los atentados contra las embajadas de EEUU en Tanzania y Kenia en 1998, que causaron 224 muertos.
Bin Laden se lo acusa de dirigir una organización denominada “Al Kaida” (La Base), cuyo fin es “la guerra santa islámica contra los judíos y los cruzados”, en referencia a Israel y al Occidente de cultura cristiana. Algunos medios le calculan una fortuna personal de unos 250 millones de dólares y otra familiar de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares.
En 1979, tras la invasión soviética de Afganistán, apoyó y financió a los “muyahidin” en su batalla contra Moscú e incluso, a partir de 1986, combatió personalmente en el frente. Tras finalizar la guerra, en 1989, regresó a su país, donde la elevada posición social de su familia le permitía el acceso a la casa real saudí.
En 1991 abandonó Arabia y se exilió en Sudán, donde durante un tiempo dirigió una empresa constructora, considerada por Estados Unidos una “tapadera” para financiar grupos terroristas. Luego se refugió en Afganistán, donde fue acogido por parte de la guerrilla que había luchado contra Rusia, y, posteriormente contó con la protección de la milicia talibán que en 1996 conquistó Kabul.
A Bin Laden se le acusa de financiar campos de entrenamiento de terroristas en Afganistán, Sudán y Pakistán; y se le relaciona con grupos integristas como el GIA argelino, la Jihad Islámica o el Hezbollah libanés. En agosto de 1998, Estados Unidos lo responsabilizó de estar detrás de los atentados perpetrados el día 7 de ese mes contra las embajadas norteamericanas en Tanzania y Kenia, y que causaron más de 200 muertos y más de 4.000 heridos.
Además, el Gobierno de EE.UU. lo acusa de haber inspirado o financiado acciones como el atentado de febrero de 1993 contra las Torres Gemelas de Nueva York; el derribo de tres helicópteros estadounidenses en Mogadiscio, en 1993; el ataque contra el edificio de la Guardia Nacional Saudí en Riad en 1995; y el que, en 1996, en Dhahrán, causó la muerte de 19 soldados norteamericanos. Bin Laden también fue acusado por Rusia, en agosto de 1999, de financiar a los rebeldes islámicos de la república caucásica de Daguestán.
En los últimos años, y desde su escondite de Afganistán, el multimillonario lanzó en varias ocasiones amenazas contra los estadounidenses e incluso prometió hace tres semanas dirigir “un gran ataque” contra Estados Unidos, según un periodista de una publicación árabe.
Nadie sabe dónde está ni se esconde. Aunque el jueves último se difundieron fotos de la boda del hijo de Bin Laden. Esas imágenes fueron una trompada para las autoridades norteamericanas.
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