El coronavirus puede afectar al corazón, los riñones y el cerebro, y no solo a los pulmones

Cuando el sistema inmune del cuerpo empieza a funcionar a toda máquina para combatir la infección, la inflamación resultante puede hacer que esos órganos fallen, y se vean afectados.

Debido a esto, algunos pacientes pueden sufrir daños causados no sólo por el virus sino también por su propio sistema inmunológico, que al hacer tanto esfuerzo para combatir la infección terminan dañándose.

Los expertos han documentado que una gran parte de los casos de coronavirus tuvieron problemas en el sistema cardiovascular. El coronavirus produce una inflamación de tal magnitud que causa coágulos, trombosis. Estos trombos son los que tapan las arterias coronarias y causan infartos.

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El gran problema es que estas arterias no se pueden destapar, ya que el trombo que provoca el COVID-19 se produce en arterias tan chiquititas, de microcirculación, que no se puede meter el catéter para hacer la angioplastia, no se pueden destapar.

Además, los médicos han observado síntomas neurológicos, incluyendo confusión, apoplejía y convulsiones, en un pequeño subconjunto de pacientes de coronavirus.

Algunos pacientes llegan con encefalopatía tienen confusión mental, están letárgicos y parecen aturdidos, en tanto muestran comportamientos extraños o se quedan con la mirada en blanco.

Esto sucedió también con el virus similiar al Codiv-19, el SARS. Los científicos informaron que el virus puede infiltrar el cerebro en algunos pacientes.

Y por último, también detectaron una insuficiencia renal aguda. Es una de las complicaciones más frecuentes en los casos de coronavirus. Se cree que además de ser causa del coronavirus, también lo es por el exceso de diuréticos.