Tras un minucioso trabajo de investigación, efectivos policiales lograron desarticular una peligrosa banda delictiva integrada por tres menores de edad, quienes perpetraron diversos asaltos en el Conurbano bonaerense. Los jóvenes, cuyas edades oscilan entre 16 y 17 años, fueron aprehendidos en San Isidro por personal de la Departamental local de la Policía Bonaerense, dependiente de la Superintendencia AMBA Región Norte I.

El caso cobró notoriedad pública a mediados de enero cuando, luego de ingresar al domicilio de una jubilada de 92 años en Vicente López, los delincuentes no solo la amordazaron y ataron sus manos, sino que además tuvieron la osadía de fotografiarse junto a la víctima indefensa y compartir dichas imágenes en sus plataformas digitales.

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La imprudencia de los malvivientes resultó determinante para su identificación. En la publicación, acompañada por el texto “La chispaaaa es unaaaaaa fueeee”, podía observarse a los asaltantes usando barbijos y guantes mientras la anciana permanecía maniatada sobre su cama. Esta evidencia digital, rápidamente viralizada, permitió a los investigadores realizar las pericias técnicas que condujeron a la individualización de los implicados.

Los detenidos fueron identificados con las iniciales D.C. (17), U.C. (16) y N.V. (16). Al momento de su captura, los adolescentes portaban elementos potencialmente peligrosos, incluyendo un cargador y municiones, lo que sugiere un nivel de organización criminal preocupante considerando su corta edad.

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Según trascendió en fuentes cercanas a la investigación, este grupo criminal, conocido como “la banda de Munro”, no se limitó al asalto contra la jubilada que los expuso mediáticamente, sino que habría sido responsable de múltiples robos en la zona norte del Conurbano. Las autoridades continúan analizando las conexiones entre los diversos hechos delictivos para determinar el alcance total de sus actividades.

El caso ha generado profunda indignación en la comunidad, no solo por la vulnerabilidad de la víctima principal, sino también por la actitud desafiante de los perpetradores al exhibir públicamente sus delitos, evidenciando un inquietante desprecio por las consecuencias de sus acciones y por el sufrimiento infligido a personas indefensas.