Habrá, primero, una multa pecuniaria; luego, el juez va a determinar cursos, tratamientos y suspensiones de licencias; y quien esté en estado de alcoholemia no podrá seguir conduciendo.

La Legislatura de la provincia de Buenos Aires sancionó la iniciativa enviada por el Gobierno bonaerense que contempla penas que incluyen multas, arresto, retención de la licencia e inhabilitación para conducir a quienes hayan incumplido la prohibición de manejar después de haber bebido alcohol.

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De esa manera, se elimina desde ahora el grado permitido de 500 miligramos de alcohol por litro de sangre.

La nueva ley contempla a la vez la obligación de concurrir a cursos especiales de educación y capacitación para el correcto uso de la vía pública.

Esto es para todas las personas que circulen por el espacio público en la provincia de Buenos Aires y la finalidad es la de contribuir a bajar los índices siniestrales, teniendo en cuenta que es del 44% la vinculación del alcohol con la siniestralidad.