CIVILES CARBONIZADOS EN LAS CALLES DE BAGDAD
BAGDAD.- Todo comenzó cuando edificios de viviendas y un mercado fueron impactados por dos misiles lanzados por aviones de la coalición que dejaron un saldo de decenas de muertos y heridos en las calles. “¿Por qué bombardean aquí?. Aquí sólo viven familias con niños”, gritaba la gente a los periodistas. “Que vengan, que vengan, no tenemos miedo de sus misiles. Nos vengaremos”, añadía otro iraquí junto a los restos de dos coches calcinados, al parecer también alcanzados por uno de los misiles. Tras la indignación llegaron los gritos y los eslóganes: “Dios es grande, Dios es grande”; “No hay más Dios que Alá”, exclamaban desesperados, y luego prorrumpieron en gritos de apoyo al presidente Saddam Hussein: “Con el alma y la sangre nos sacrificaremos por ti, Saddam”. Pese a la contundencia de las imágenes, los responsables de los ataques aéreos estadounidenses dijeron “no poder confirmar” lo evidente. Por otra parte, fuentes iraquíes señalaron que los atacantes han destruido más de 200 edificios civiles en la ofensiva contra la ciudad de Nasiriya, unos 200 kilómetros al sur de Bagdad, y de causar heridas a 500 civiles en el lugar.
El edificio de viviendas en Al Chaab quedó completamente destrozado y cerca de él yacía un cadáver rodeado de manchas de sangre. Esta es la más grave matanza de civiles registrada en Bagdad desde que comenzó la guerra. Los vecinos hablaron de “muchos muertos y heridos” que ya habían sido retirados por los servicios de socorro, aunque en la calle quedaba entre los cascotes una mano ensangrentada que, según dijeron, era de un electricista del barrio. Los testimonios enrabietados de los vecinos añadían que muchos de los cadáveres estaban despedazados y que a los heridos les faltaban en algunos casos las piernas o los brazos.
En medio de un ambiente fantasmal, con una luz rojiza procedente de las nubes de barro que traía la tormenta de arena, los habitantes de este barrio popular lleno de comercios gritaban su indignación. Al Basatin, típica calle popular con edificios de tres alturas y comercios en las plantas bajas, presentaba un montón de viviendas resquebrajadas por el impacto de los misiles, y varios de los inmuebles estaban totalmente destrozados, con la sangre fresca en las escaleras. Pocas horas antes se habían oído unas cuarenta explosiones en diferentes barrios de Bagdad, sin que se conozcan los blancos de las bombas.
La televisión oficial iraquí, bombardeada la pasada noche, difundía al mediodía un programa religioso que aparecía en las pantallas plagado de interferencias. La sede de la televisión, que según el Pentágono es objetivo de guerra porque sirve para transmitir órdenes a los combatientes, había sido bombardeada en la madrugada y tuvo que suspender durante algunas horas la emisión, antes de reanudarla con una antena de onda corta.
“Es la respuesta a las imágenes de nuestros primeros prisioneros de guerra”, dijo un funcionario que pidió no revelar su nombre. Según radios internacionales captadas en la capital iraquí, las tropas de la coalición anglo-estadounidense van a atacar de forma inminente el primero de los dos anillos de defensa situado a medio centenar de kilómetros de la capital. La ofensiva tendría como propósito acabar con la resistencia de la Guardia Republicana, cuerpo de elite que supone la espina dorsal del Ejército iraquí y cuyas unidades han tomado posición en torno al núcleo urbano.
Expertos militares opinan que si la coalición rompe esas defensas, los guardias republicanos se replegarán para resistir en las calles. Los estallidos de los misiles no dejaban de resonar en la capital iraquí y la visibilidad era otra vez nula en la mancha urbana, donde no se veía a más de una decena de metros de distancia y que ya había amanecido hoy bajo lo que parecía una nevada de arena.
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