Vecinos se quejan por la desproporcionalidad del cargo por alumbrado público.
En algunos casos supera el 50% del total de la factura de electricidad. Malestar que se extiende en épocas de vacas flacas.
No es ninguna novedad que el precio de los servicios públicos se ha ido por la nubes. Y es por ello que el consumidor hace todo lo posible para achicar ese número todo lo que puede.
Sigue todos los consejos: apaga las luces de las habitaciones de su casa que no usa, invierte en lamparas de led que le ayudan a bajar el consumo, desenchufa los artefactos que no utiliza, y siempre está atento a nuevas estrategias que le ayuden a economizar energía.
Pero hay un número que no puede manejar, que está ahí, en todas y cada una de las facturas de luz. El del alumbrado público. Un gasto que el usuario no puede controlar, no puede evitar, y que en ocasiones, como la factura del ejemplo, supera el 50% de su factura.
¿Podrá hacer algo el municipio para ayudar al vecino en su economía hogareña en estas épocas de crisis?