SARNA, UNA ENFERMEDAD CADA VEZ MAS FRECUENTE, CONTAGIOSA Y MOLESTA
La sarna o escabiosis es una foto-parasitosis altamente contagiosa que afecta al ser humano desde hace unos 2.500 años y no respeta raza, edad, sexo ni condición económica. El parásito que la produce es un ácaro que se denomina sarcoptes scabiel que cuando penetra en la piel produce una reacción alérgica con mucha picazón, y en ocasiones puede complicarse con infección debido al rascado.
Alicia Rositto, dermatóloga del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata afirma que “es una enfermedad que se está viendo con bastante frecuencia en los consultorios de la región, más de lo habitual en los últimos meses, y al transmitirse tan fácilmente, es importante tomar las medidas de prevención necesarias para evitar nuevos contagios”.
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La sarna en general, se contrae por contacto directo con otra persona que esté parasitada. Aunque también se puede dar a partir de un contacto indirecto que puede ser por ejemplo a través de las sábanas, las toallas o la ropa.
La hembra parasita al nuevo huésped -el hombre-, excavando un túnel en la piel, pone los huevos y elimina secreciones tóxicas muy alergénicas para el ser humano. Este túnel, también denominado surco, es la lesión típica, y generalmente está en las zonas donde no hay pelos y donde hay pequeños pliegues, como los dedos o las muñecas. Las larvas salen de los huevos y se dirigen a la superficie cutánea, donde permanecen hasta llegar a adultos.
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Hay que destacar que no es un problema de la población de escasos recursos ni está en relación directa con la falta de higiene. “Cualquier persona puede enfermarse -aclara la doctora-, incluso el médico o el pediatra que está en contacto directo con los pacientes”.
Cuando una persona tiene sarna es fundamental, para evitar nuevos contagios, tomar medidas de prevención y de esa forma evitar que la enfermedad se expanda. Por ejemplo, bañarse todos los días, lavar la ropa con agua bien caliente y plancharla de ambos lados. Con aquellas prendas que no puedan ser sometidas a los pasos anteriores, lavarlas normalmente y dejarla de usar de tres a cinco días, tiempo de vida del ácaro fuera del cuerpo humano.
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Es importante que estas medidas de prevención sean llevadas a cabo cuando el enfermo convive con muchas personas en una misma casa, en donde el contacto físico es mayor. Otro foco de contagio pueden ser los jardines de infantes, ya que los niños y las maestras están en permanente contacto, como por ejemplo al tomarse de las manos para jugar, etc. Lo mismo ocurre con las instituciones de cuidado de ancianos, por lo general éstos son más sensibles a la sarna por diversas razones: defensas disminuidas, contacto físico frecuente debido a las medidas de cuidado diario por parte del personal de dichas instituciones y reacciones alérgicas a los tratamientos que están recibiendo.
PICAZON
El síntoma inicial de esta enfermedad, y el más importante, es la picazón, especialmente durante la noche, y es muy difícil de controlar. Se produce una erupción que comienza como pequeñas pápulas rojizas, similares a picaduras. Y en casos más avanzados, la piel puede presentar costras y excoriaciones. Estas se forman luego de unos días de que el parásito haya ingresado al organismo humano. En caso de tratarse del primer episodio (primer contagio), demora alrededor de quince días, mientras que si se trata ya del segundo episodio (segundo contagio) el período es más corto.
Las pequeñas lesiones se presentan habitualmente entre los dedos de las manos. En las mujeres en general aparecen alrededor de las areolas mamarias (círculo que rodea el pezón), en la zona del ombligo, en los codos y en los glúteos. Mientras que en los varones es muy común que se presenten en la zona genital.
En los niños, en cambio, se ven lesiones más inflamatorias, con pústulas y, debido a la gran picazón, se rascan produciéndose lastimaduras con posterior infección. En los bebés, además, puede afectar la cara, el cuero cabelludo, las palmas, plantas de los pies. También en las axilas, donde a veces se observan lesiones de mayor tamaño.
Ante la picazón y las molestias que provocan las lesiones, algunas personas toman antihistamínicos o corticoides para aliviarlas, sin embargo la automedicación puede traer consecuencias negativas, pero lo importante es que no se curan -ya que necesitan un tratamiento específico- y por lo tanto siguen contagiando.
“La picazón, y sobre todo de noche, es lo que más debe llamar la atención como para ir a un centro de atención y consultar a un dermatólogo, quien reconoce más fácilmente la enfermedad, haciendo un diagnóstico más temprano y un mejor control del paciente”, afirma Rositto.
En caso de tratarse de contagio por sarna animal, esta se autolimita, debido a que el huésped ya no es el hombre, sino el animal. Si la persona interrumpe el contacto, se cura sin tratamiento alguno.
Cómo se diagnostica la enfermedad
La sarna se sospecha clínicamente por la picazón y por las lesiones. Además se tiene en cuenta la epidemiología positiva, es decir grupo familiar con los mismos síntomas. Luego, para confirmar este diagnóstico se realiza un examen de laboratorio sobre la piel, observando la presencia del parásito, sus huevos y la materia fecal a través del microscopio.
Para que esta enfermedad pueda curarse necesita ser tratada indefectiblemente ya que el huésped definitivo de este ácaro es el hombre. Si no se la erradica, el parásito queda permanentemente en él, agravándose cada vez más el cuadro y extendiéndose el contagio.
Es fundamental tomar medidas para erradicar la sarna, una de las más importantes es la correcta realización del tratamiento por todo el grupo familiar, tengan o no lesiones visibles. Si no es así, ninguna terapia será efectiva.
Esta enfermedad puede ser tratada rápida y efectivamente con medicación tópica (cremas), y se puede realizar a cualquier edad, incluso en mujeres embarazadas o en período de lactancia. Rositto aclara que “existen varias modalidades de tratamiento y cada paciente recibe un seguimiento específico de acuerdo al cuadro que presente. Con tratamiento, la sarna puede curarse en quince o veinte días”.
Sarna noruega y sarna animal
Existe otra forma de sarna, que es la denominada escabiosis costrosa o noruega, y se da sobre todo en las personas con pocas defensas, como los ancianos, pacientes con alteraciones inmunológicas o en pacientes con síndrome de Down. “Su principal característica es que es mucho más costrosa y más contagiosa, sin embargo, el agente que la produce es el mismo”, comenta Rositto.
Es más grave que la habitual y grandes áreas del cuerpo presentan costras que contienen miles de ácaros vivos y sus huevos. Estos casos son altamente contagiosos y presentan un riesgo para el personal que está a cargo de estos pacientes debido a que están en permanente contacto físico con ellos.
Existe otra clase de sarna, la de los animales “y es acá donde se genera una confusión -explica la doctora- ya que la sarna de los perros puede llegar a contagiar a los chicos pero ésta se auto limita debido a que el huésped ya no es el hombre sino el animal, entonces si ese niño deja de tocarlo se cura sin tratamiento alguno”
En los adultos las lesiones pueden aparecer en los pliegues de los dedos y muñecas, alrededor del ombligo, codos, glúteos. Escroto en el varón y mamas en la mujer. En los niños: lesiones inflamatorias similares y en los bebés en la cara, cuero cabelludo, palmas, axilas y planta de los pies. Son lesiones con pústulas y enrojecimiento
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