A través de la reciente presentación de la ley ómnibus en el Congreso, el Gobierno busca llevar a cabo reformas trascendentales en el sistema de jubilaciones y pensiones, especialmente enfocadas en eliminar los beneficios de la denominada “casta” política. Uno de los aspectos más destacados de esta iniciativa es la abolición de las jubilaciones de privilegio para presidentes y vicepresidentes.

Mientras el oficialismo acelera las negociaciones en la Cámara de Diputados con el objetivo de obtener un dictamen de mayoría favorable, se espera que la ley ómnibus sea discutida en el recinto en los próximos días. Esto sigue a la confirmación de la prórroga de las sesiones extraordinarias en el Congreso hasta el 15 de febrero.

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En específico, la modificación propuesta en la ley ómnibus apunta a eliminar las pensiones y jubilaciones de privilegio para el presidente y vicepresidente. Según la nueva redacción, la pensión vitalicia de privilegio se calculará tomando como referencia la remuneración de los Jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

No obstante, para que esta propuesta se concrete como ley y entre en vigor, será necesario el tratamiento y la aprobación por parte de los legisladores. La pensión, en caso de fallecimiento del beneficiario, podrá ser percibida por el cónyuge sobreviviente y, en su defecto, por los hijos hasta que alcancen la mayoría de edad.

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La eliminación de las jubilaciones de privilegio para presidentes y vicepresidentes representa un paso significativo en la búsqueda de equidad y transparencia en el sistema jubilatorio, marcando un hito en la discusión sobre los beneficios otorgados a la clase política en materia previsional. El seguimiento de las negociaciones en Diputados y la posterior votación en el recinto definirán el destino de esta propuesta de reforma.