Paro en Argentina pudiera crear desabastecimiento de gas
En declaraciones a la prensa, el líder sindical sostuvo que la huelga por mejoras salariales creará escasez de gas incluso en el consumo doméstico y afirmó que el sindicato alertó al sector privado de esa situación.
Argentina ya afronta dificultades para el abastecimiento del gas, que la semana pasada obligaron a las empresas privadas de distribución a cortar el suministro por unos días a un sector de los grandes consumidores.
El dirigente responsabilizó por la huelga por tiempo indeterminado a los empresarios privados que se niegan a ofrecer una mejora salarial con el argumento de que tienen las tarifas congeladas y por eso no cuentan con margen para incrementar los ingresos de los empleados.
El salario mínimo actual es de 550 pesos (190 dólares) y el sindicato reclama que suba a 850 pesos (293 dólares).
De acuerdo con Roberti si las compañías destinaran una parte de sus exportaciones (en el orden del 75 por ciento de su producción) para el mercado interno, no habría ningún riesgo de desabastecimiento.
Como parte del paro, empleados agremiados en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro y Neuquén (sur) impidieron además el acceso de los camiones a tres importantes yacimientos que proveen de gas licuado a Chile.
La escasez de gas en la nación se ha agravado con la situación política en Bolivia, que llevó a la renuncia del presidente Carlos Mesa en junio pasado.
En tal sentido el ministro de Planificación de Argentina, Julio de Vido, llegará mañana a la capital peruana para analizar las posibilidades de suministro de gas natural de esta nación a los países del Cono Sur.
De Vido tratará con las autoridades peruanas acerca del denominado anillo energético, que tiene como objetivo realizar obras por dos mil 500 millones de dólares para llevar el gas de los yacimientos de Camisea, en la selva del sureste peruano, a los mercados de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
Los planes incluyen construir gasoductos hasta el norte de Chile, de ahí a Argentina y luego -por la red de esa nación- a Brasil y Uruguay, con un estimado de despacho de 30 a 35 millones de metros cúbicos diarios.
La iniciativa busca reducir la dependencia de los países de la región respecto del gas boliviano, aunque diversas fuentes sostiene que el anillo energético debe construirse con Bolivia, dado que cuenta con las mayores reservas de gas natural en el Cono Sur.
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