LA CUMBIA VILLERA, UNA MODA PASAJERA ?
Pablo Lescano es el creador del grupo, cantante y compositor de todos los temas. Es el fundador de la titulada cumbia villera, ya que a fines de 1999 dio a luz a Flor de Piedra, quienes tuvieron un éxito inmediato con su tema Sos Botón. A partir de ese momento, surgieron nombres como: Yerba Brava, Amar Azul, La Sonora del Barrio, La Chala, Guachín y Kalu, todos cultores de este estilo que sobre una fuerte base de cumbia colombiana, reconoce influencias del rap, del rock y del reagge.
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Sus letras manejan códigos y frases de los chicos marginales que se juntan en cualquier esquina a tomar cerveza y hablan sobre las drogas, el sexo o el fútbol, haciendo chistes desprejuiciados y sin tabúes. La denuncia social también ocupa un lugar importante en los versos de este novel estilo.
Lo más creíble de esta historia es que estos grupos toman de su propia crónica diaria el material con el que componen sus temas. Lo menos creíble, es el supuesto enfrentamiento entre grupos, un condimento infaltable en la estrategia del marketing tropical. El ejemplo es el disco La Guerra de las Villas que supuestamente enfrenta a Yerba Brava con Flor de Piedra por la supremacía del género. El detalle es que las dos bandas pertenecen al mismo sello discográfico que editó el disco con temas de ambas.
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La cumbia villera es a la cumbia, lo que el punk al rock. Esta definición deja traslucir lo crudo de su mensaje, la defensa de los chorros (Los Dueños del Pabellón), de los borrachos, (El Pibe Cantina), de la droga, (Quiero Vitamina, El Fumanchero). Referencias a las sustancias prohibidas siempre hubo en la música popular, en todos los estilos y en todas las épocas. La cumbia villera lo único que hace es llamar a las cosas por su nombre, evitando toda metáfora o doble sentido.
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¿Demasiados puntos en común con el rap? Salta a la vista y a los oídos que sí, hasta la indumentaria que usan es similar, y si bien en el país del norte la guerra de pandillas ya cuenta con un buen número de muertos, acá no pasa de una jugarreta comercial bastante obvia. Drogas, sexo, policía, violencia, discriminación, falta de oportunidades más problemas sociales varios, son los temas que tocan los “negros” de acá y de allá.
Con cifras de ventas que destrozarían el ego de cualquier rock star, la cumbia villera sigue a paso firme invadiendo ghetos, inclusive los más selectos y snobs. Las discotecas de moda y los chicos y chicas más acomodados cantan y escuchan estos temas que hablan de lo que leen en los diarios o ven en algún noticiero sensacionalista. Negocios son negocios, y con no menos de cinco shows por fin de semana los grupos de cumbia villera aprovechan sus quince minutos de fama mientras dura. El tiempo dirá si sólo se trató de una fórmula para escandalizar y vender.
La letra de Pibe Cantina
En los pasillos de la villa se comenta,
que el pibe cantina se ganó la lotería,
ya no pasea con su bici despintada,
no usa su gorra y zapatillas desatadas;
y que viste elegante, todos los ven,
luciendo su rolex ese pibe anda bien.
Pibe cantina de que te la das
si sos un laucha, borracho y haragán.
Estoy de nuevo en la calle,
me dieron la libertad,
hace un año y siete meses,
que extrañaba la ciudad.
Y estoy, estoy de nuevo,
como quiero estar,
sábado alta joda,
bailando sin parar.
Ritmo sustancia,
cumbia y nada más.
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