La tradicional marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora finalmente se llevó a cabo este domingo en la ciudad de Mercedes, un día después de la fecha conmemorativa mundial. La postergación se debió a la decisión del municipio, bajo la gestión del intendente Juan Ustarroz, de extender los carnavales mercedinos, que habían sufrido suspensiones previas por condiciones climáticas adversas durante la semana anterior.

La manifestación, convocada por la Asamblea de Mujeres Mercedinas, comenzó con un encendido reclamo hacia las autoridades locales por la falta de consideración hacia un evento de tal relevancia histórica. “Nos pasaron por encima. Después por vía extraoficial nos fuimos enterando qué había pasado, por qué nos habían censurado nuestro acto”, expresaron las organizadoras al inicio de la concentración, en clara alusión a la gestión municipal.

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Según explicó una de las manifestantes, el municipio priorizó la celebración del “último primer día” de los estudiantes secundarios, destinando las fuerzas de seguridad a ese evento por sobre la conmemoración del 8M. “Eso es más importante que nuestra conmemoración de esta fecha que es fundamental”, cuestionaron desde el escenario, evidenciando una creciente tensión con la administración local.

Las integrantes de la Asamblea relataron que, tras conocerse la suspensión, recibieron distintas propuestas alternativas por parte de representantes municipales: “Un ofrecimiento era pasar entre las murgas llevando un cartel, otro era usar el micrófono en el escenario en medio de la algarabía del corso, y el tercero fue participar en la marcha y la movida que se hizo ayer”, detallaron, refiriéndose a un acto organizado por el municipio el día 8.

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“Nosotras respetamos a las compañeras que estuvieron ayer, pero nada nace por generación espontánea. Lo que fue una movida del municipio, lo del acto de ayer, fue para tapar el agujero acerca de nuestra ausencia”, afirmaron, antes de agregar con determinación: “Con esas compañeras que hicieron el acto, seguramente nos vamos a seguir viendo en las calles. Dijimos: esto no se negocia, y por eso estamos hoy”.

La concentración continuó con la lectura de un extenso documento que abordó múltiples temáticas, desde el contexto político actual hasta las diversas reivindicaciones de los colectivos feministas y LGBTQ+, con fuertes críticas al gobierno del presidente Javier Milei.

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“El 8 de marzo, Día Internacional de las mujeres trabajadoras, no puede ser una fecha más de discursos vacíos y gestos simbólicos. Este es un día histórico de reafirmación de demandas por derechos”, indicaron al comienzo del documento, antes de adentrarse en un análisis político de la coyuntura nacional.

Las participantes criticaron lo que describieron como “un contexto político de derecha mundial que promueve el individualismo” y destacaron la importancia de la organización colectiva: “Las mujeres y la diversidad sexual no somos minorías, somos parte mayoritaria de la clase trabajadora. Su parte más explotada, precarizada y oprimida. Por eso nos encontramos acá para atraer la propuesta de reconstruir el tejido social”.

El documento señaló que “el poder nacional busca disciplinar todo aquello que no se ajusta a su norma, hablando de pedófilos a los homosexuales, de idiotas a los discapacitados, de terroristas a los pueblos originarios, de viejos meados a los jubilados moliéndolos a palo todos los miércoles”. Denunciaron que “la represión y la violencia son moneda corriente en cada reclamo, mientras nos siguen ajustando, descuartizando con su motosierra”.

Con respecto a las políticas implementadas por el presidente Milei, las manifestantes fueron contundentes: “La lógica de la crueldad que aplica este gobierno es la carta frente a los mercados, confirmando que están dispuestos a matar a nuestros viejos, a matar a nuestros niños de hambre, a quemar nuestras tierras, a matar lesbianas mientras duermen, a habilitar la trata infantil, a dejar que los enfermos de cáncer y de HIV se mueran sin calmantes ni tratamientos, todo en nombre de la libertad”.

Durante el acto, las manifestantes también hicieron referencia explícita a la última dictadura militar argentina y reivindicaron la memoria histórica: “Solidarizamos con los despedidos de nuestra ciudad en ámbitos públicos y privados, cierres de puestos de trabajo y servicios en CaPCR, PAMI, ANSES, Borroni, Neila y Gilford. Sin trabajadores no existe la memoria. No al cierre de los sitios de la memoria. Fueron 30.000”, expresaron, reafirmando la cifra de desaparecidos durante el terrorismo de Estado.

Las participantes denunciaron lo que consideran un “avance autoritario por parte de Milei”, al que acusaron de no ser frenado “por los traidores que le permiten poner jueces a dedo para zafar de la investigación por la estafa piramidal de las criptomonedas y que miran para otro lado frente a los discursos fascistas, xenófobos y un largo etcétera”.

“En este reino del revés, la justicia persigue a quienes luchan por una sociedad mejor, a quienes quieren visibilizar las injusticias, mientras los perversos siguen apoltronados en sus lugares de poder impunes. Este 8 de marzo levantamos la bandera antifascista”, señalaron.

La asamblea de mujeres presentó un extenso pliego de demandas que incluyó:

“No a la quita de la figura de femicidio en el Código Penal; implementación efectiva del cupo laboral travesti-trans; basta de discursos de odio al colectivo LGBTQ+; defendemos el aborto legal, seguro y gratuito; la ley de IVE no se toca; cumplimiento efectivo de la ESI con perspectiva de género; separación de la iglesia del Estado, que la religión no decida sobre nuestros cuerpos; jubilaciones dignas acorde a la canasta familiar real; basta de reprimir a los jubilados y jubiladas; fuera Bullrich; no al recorte de la medicación de los jubilados”.

También expresaron su apoyo a diversos sectores en conflicto: “Apoyamos a las trabajadoras del Garrahan, Posadas, Bonaparte; no al recorte de la medicación de los enfermos de cáncer; no al recorte en medicación y testeos de HIV; no al desmantelamiento del derecho a la salud sexual y reproductiva; no a la privatización de Trenes Argentinos; no al pago del FMI a costa de nuestras vidas; el hambre es un crimen, comer es urgente; liberen la comida de los comedores”.

En relación a problemáticas laborales, exigieron: “Aumento del salario de las empleadas de casas particulares; pase a planta permanente de cooperativistas; salario igual a la canasta familiar real para todos los trabajadores; solidarizamos con los despedidos de nuestra ciudad en ámbitos públicos y privados”.

Fuentes cercanas a la organización señalaron que la decisión del intendente Juan Ustarroz de extender los carnavales sin consulta previa con las organizaciones feministas profundizó la tensión ya existente entre el municipio y diversos colectivos sociales locales.

“No es la primera vez que la gestión de Ustarroz ignora las demandas de los movimientos sociales”, comentó una de las participantes que pidió mantener su identidad en reserva. “Lo que pasó con la postergación de la marcha es apenas un síntoma de una problemática más amplia en la relación entre el municipio y las organizaciones sociales”, agregó.

Algunas asistentes señalaron que, pese a la postergación forzada, la convocatoria logró mantener la fuerza que caracteriza a estas movilizaciones. “Estamos aquí porque creemos que los derechos no se negocian, y porque este gobierno municipal, al igual que el nacional, debe entender que la lucha feminista no se puede postergar ni silenciar”.

La marcha concluyó con la presentación de estadísticas alarmantes sobre violencia de género: “29 femicidios y transfemicidios en lo que va de 2025, 15 desaparecidas, 69 intentos de femicidio, una asesinada por día y 8 infancias huérfanas. Paren de matarnos, paren de desaparecernos, paren de invisibilizarnos”, exclamaron.

Las manifestantes cerraron el acto con un contundente mensaje político: “Esta marcha es antifascista, antirracista, anticapitalista y antipatriarcal”, y finalizaron con un fuerte: “Fuera Milei”, como grito colectivo.