Final del juego para el Parque de la Costa
A fin de año cierra sus puertas el Parque de la Costa. La empresa envió e-mails ofreciendo retiros voluntarios a más de 500 trabajadores que hoy volverán a reunirse con el ministerio de trabajo bonaerense para intentar un rescate. Pero la suerte está echada ni Sociedad Comercial del Plata quiere seguir ni el gobierno bonaerense estatizar. El peligro de una zona fantasma en pleno corazón turístico de Tigre y la similitud con Interama.
Los empresarios nacionales deberían aprender de sus fracasos y en este caso hubo un antecedente de rotunda bancarrota en el negocio del entretenimiento. Se llamó Interama y fue un faraónico antecedente de intento de copiar un poco la excelencia de los parques temáticos de Walt Disney.
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Recrear esa idea del creador de Mickey Mouse fue el objetivo de un parque gigantesco con juegos mecánicos y atracciones con una torre monumental de 200 metros que hoy sobrevive en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Pero su presencia es fantasmagórica, nos recuerda la imposibilidad de ser.
Y, lo que se pensó de manera dictatorial como una obra para dar vida a la zona y ocultar horrores de violaciones a los derechos humanos, terminó cuarenta años después en un predio espectral, que en algunos casos luce abandonado y sin signos de vitalidad. Sin niños jugando ni mayores disfrutando ni familias reunidas en un día de parque de diversiones.
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Como dice un moderno pensador nacional “en la Argentina todo termina mal” y el Parque de la Costa administrado por la empresa Sociedad Comercial del Plata cerrará sus operaciones a fin de año dejando un hueco enorme en una de las zonas más emblemáticas del municipio de Tigre.
Una localidad turística, que a la fecha acumula más reservas de alquiler de propiedades para este verano que muchas localidades de la costa juntas por la pandemia de coronavirus, que verá como pierde una de sus atracciones pero que, además, enseñará una ciudad con un predio enorme que estará prácticamente abandonado ya con poca vida por el cierre temporal del Casino de Tigre, otra de las atracciones de la zona norte bonaerense.
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El resultado de ayer de la reunión entre los empresarios con las autoridades bonaerenses fue de nulo resultado y marca la impotencia que caracteriza por estos días a la dirigencia política y empresarial ante los cierres de proyectos que en un principio se mostraron como venturosos.
En la reunión entre el ministro de Producción bonaerense Augusto Costa y la ministro de Trabajo, Marta Ruiz, con los ejecutivos de la empresa prepararon más pañuelitos descartables que rondas de café. Pablo Arnaude, CEO de Sociedad Comercial del Plata y el abogado Lucas Miguenz, repasaron la lista interminable de problemas que tienen para seguir adelante y descartaron que la compañía, cuyo principal accionista es Ignacio Noel ausente en la reunión, pueda reabrir el parque al aire libre ahora que el aislamiento por la pandemia se relajó hasta tal punto que no hay casi ninguna actividad que no se pueda hacer en el exterior.
Además de los pañuelitos trajeron otras malas noticias. Porque el holding empresarial decidió cerrar el Tigre Center y el China Town Tigre que funcionaban en el mismo predio en cuestión y ha comenzado a desmontar el parque acuático Aquafan. De hecho ya contrató a una empresa de seguridad para que ningún trabajador de estos establecimientos pueda ingresar a los predios ni al teatro Nini Marshall, que tampoco volverá a abrir al menos bajo la actual gestión.
Y los mails comenzaron a llegar a las casillas de trabajadores que se encuentran efectivos en muchos casos desde 1997 ofreciendo retiros voluntarios en medio de una salvaje crisis económica y de empleo en todo el país. “Notificamos por este medio que la empresa en el marco de la emergencia sanitaria dictada por ley 27.541 y la declaración de pandemia efectuada por la Organización Mundial de la Salud, provocado por la irrupción del covid-19, requiere reformular sus estructuras…”, comienza el texto en el cuerpo del mail que ha llegado a las casillas de los más de 500 empleados, donde se ofrece un retiro voluntario.
Sin embargo, esa causa esgrimida para explicar el abandono de las operaciones no se condice con las declaraciones públicas de los ejecutivos. Por ejemplo, Ignacio Noel en una entrevista concedida a Radio 10, apuntó al target al que estaba dirigido el Parque de la Costa. “El parque tiene un público de un ingreso medio y bajo, esa es la realidad. La gente que tiene recursos se va a Disney y no va al Parque de la Costa. La caída en el flujo de visitantes fue muy fuerte en los últimos años. El Parque se volvió inviable”, sentenció.
Una vez más en esta explicación aparece el eco del fracaso de Interama que nunca terminó de prender entre las preferencias del público. No fue éste tampoco el discurso preparado de los empresarios ante los funcionarios de la Gobernación. Allí se ocuparon de resaltar que “tienen que hacer frente a un bono, una deuda en moneda extranjera de 25 millones de dólares que deben comenzar a abonar en el año 2021 hasta el año 2028”.
Por ese motivo voceros de la oficina de Augusto Costa explicaron, a este periodista, que no existe ninguna chance de estatizar ninguna actividad a punto de cerrar. Una decisión que quedó en claro ni bien comenzó el diálogo porque los ejecutivos se dieron cuenta que no había pileta llena para lanzarse con esa propuesta.
Para la intendencia de Tigre es un golpe demoledor. Por las razones turísticas que señalábamos más arriba y por ser un lugar emblemático. “No funcionará ni con baja de impuestos municipales, ni con prórroga en la cesión del 50 % de los terrenos. Quieren cerrar las puertas, bajar las persianas y van en esa dirección.
Y, la pandemia y la falta de plata hacen inviables las operaciones” dicen voceros del intendente Julio Zamora. Por otra parte, el municipio no posee espaldas financieras para tomar esta operación si quisiera y ahora, lo máximo que aspiran es a resolver el futuro de los 500 trabajadores, que en la mayoría de los casos son vecinos o habitan en localidades aledañas.
Por Antonio D’Eramo, de Noticias Argentinas.
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