MercedesYA

fin de semana largomilagro

EN UN BARRIO DE LUJAN AFIRMA HABER VISTO A “LA EXTRAÑA DAMA” UNA APARICION FANTASMAL

Los fantasmas andan cerca, En Luján, este Sabado, el Bisemanario El Civismo publico una nota que de seguro va a ser muy leída, nosotros la publicamos para compartir esta historia misteriosa que sucede muy cerca de nuestros pagos de Mercedes.

Por Sergio Maineri
EN UN BARRIO DE LUJAN AFIRMA HABER VISTO A “LA EXTRAÑA DAMA” UNA APARICION FANTASMAL

La historia comenzó a tomar forma a fines de noviembre. Para entonces, en el barrio Los Laureles ya era un secreto a voces que en el fondo, en la zona de las quintas de verdura, algo fuera de lo común estaba ocurriendo.
Si bien no alcanzó la dimensión de santo y hasta ahora nadie habla ni de milagros ni de maldiciones, lo cierto es que hay personas que afirman haber visto, e incluso hasta aseguran que tuvieron contacto con una “aparecida”, un espectro que, como tal, no terminó de materializarse.
Por ahora es sólo un relato que circula de boca en boca por ese apartado barrio y cuyo origen hay que buscarlo en los quinteros santiagueños que labran las tierras donde ya no quedan casas de fin de semana. Justamente a esta gente algo raro se le apareció de la nada.
El lugar exacto donde dicen que tuvo apareció esta “presencia”, “alma en pena” o como quiera llamarla, es el “séptimo poste” de un camino de tierra angosto y sinuoso que une la ruta 6 con el callejón llamado Del Sol -o también conocido como la continuación de Lorenzo Casey-, detrás del Instituto Alvear. ¿Se ubica?
Algunos vecinos recuerdan que medio siglo atrás la zona era puro campo y hasta llegó a haber una laguna. Las versiones indican que por ese tiempo habría muerto una joven -otros dicen que era una niña hija de portugueses y otros hablan de una peregrina- de manera brutal: la violaron, la asesinaron y la arrojaron al agua. El pantanal sería su sepultura y allí mismo se gestó esta historia que -por estos días- encierra misterio, creencia, escepticismo, imaginación, delirio y una larga lista de etcéteras.
Lo seguro es que la leyenda vernácula comenzó a tejerse cuando a un hombre que trabaja la tierra agachando su lomo se le presentó esta “extraña dama”. Según se dice en el barrio, todo ocurrió cuando este santiagueño iba solitario, caminando una mañana de noviembre por el camino angosto. De pronto, comenzó a sentir que alguien le seguía las pisadas de cerca. El hombre miró a su alrededor, y como no observó nada siguió su marcha. Unos metros más adelante la escena volvió a repetirse. Y así fue hasta que llegó al “séptimo poste”.
Fue en ese instante en el que -al girar su cabeza- vio a una mujer joven que lo miraba a los ojos como queriendo decirle algo. La imagen estaba suspendida en el aire, de la cintura para abajo no había nada -dijeron algunos vecinos-, lo único que llevaba puesto era un vestido blanco.
Cuentan en el barrio que el santiagueño quedó como estaqueado en ese punto clave, sus piernas no respondían las órdenes que impartía su cerebro. Al llegar a destino no podía hablar, menos aún explicar de manera coherente lo que le había pasado para evitar que se le rieran en la cara.

EL PIQUI Y LA ADIVINA
A los pocos días, y siempre con el sol a pleno, a otros dos jóvenes que trabajan en otras quintas les pasó exactamente lo mismo. Cuando llegaron al “séptimo poste” una mujer salió “de la nada”, caminó unos metros a la par de los muchachos y sin decirle una palabra fue suficiente para hacerse entender. Le bastó sólo con la mirada tan penetrante como enigmática para expresar que aún buscaba un lugar donde poder redimir su alma y descansar eternamente en paz.
Hoy, en el “séptimo poste” no hay agua estancada pero sí vestigios de que hubo un pantano. Pueden pasar semanas o meses sin llover, pero en un tramo del sendero la huella siga siendo de barro. Allí, dicen que ocurre todo.
“A María, La Adivina, se le apareció”, aseguraron tres niñas que son familiares de “El Piqui”, presuntamente otra de las personas que tuvieron contacto cercano con “la extraña dama”.
“El Piqui” pasa sus días cosechando verdura en dos quintas de la zona. Muchos dicen que su testimonio es uno de los más valiosos y contundentes que alimentan esta historia, pero “El Cándido”, su patrón, no permitió que hablara con EL CIVISMO.
Cándido también escuchó hablar de “la extraña dama” pero es reacio a creer. Piensa que todo es producto de las alucinaciones que provocan en los quinteros la combinación del alcohol con el cansancio, fruto de una larga jornada de trabajo y que todo se originó en una de las tantas conversaciones que tienen los peones en el bar del barrio. De todos modos, sus argumentos no muestran solidez y en el fondo él también lo sabe. Lo mejor, entonces, es callar o desacreditar a los muchachos santiagueños por temor a que la historia comience a agigantarse.
13 DE NOVIEMBRE DE 2002
"María, La Adivina”, probablemente fue la mujer de mirada pitonisa que nunca afirmó ni desmintió que fuera ella la persona a quien fuimos a buscar, siguiendo las indicaciones de las niñas parientes de “El Piqui”. Vive en un rincón de Los Laureles y no tuvo mucha predisposición para contar lo que sabe y lo que vio. Tiene miedo de que la tomen por loca. Es lógico y entendible, una mitad de Los Laureles piensa eso, la otra lo contrario.
La supuesta “María, La Adivina”, si bien no le sobran las palabras, asegura que una tarde de primavera algo que no sabe lo que fue la hizo ir al “séptimo poste”. Su premonición partía de un llamado de “la extraña dama”. Al llegar al sitio indicado la estaba esperando. También dijo que en el barrio, al menos otras cinco personas tuvieron contacto con la “aparecida”.
A diferencia de otras versiones que circulan en el lugar, esta mujer de unos 40 años dio algunos datos que hasta ese momento no se conocían. Afirmó que la primera vez que se le presentó esta imagen fue el 13 de noviembre y que, en efecto, se trata del “alma en pena” de una joven que pide una “cristiana sepultura” por lo que le hicieron.
Echó por tierra los comentarios que señalaban que “la extraña dama” tenía un golpe en la cabeza, de la misma forma desmintió de manera categórica que hablara en una lengua indescifrable o en portugués. “Es buena, pero no puedo contar más nada”, dijo escuetamente y con un temor inocultable debido a que los entrevistadores no le despertaban un céntimo de confianza.
De “la extraña dama” nadie puede decir que concede deseos, que castiga a aquellos que no la han recompensado o que le cambia la suerte a quienes aparentemente la conocieron. Simplemente porque todo es un relato que parte del imaginario popular carente de sustento científico alguno. Pero esto, a muchos, lo tiene sin cuidado.
De momento, es una historia que alimenta la fantasía de hasta los más incrédulos, a tal punto que algunos empezaron a ir en procesión por las noches al “séptimo poste” en busca de la evidencia necesaria que desasne su agnosticismo.
Sin embargo, “María, La Adivina”, las niñas parientes de “El Piqui” y varios vecinos del barrio, saben que de “La extraña dama” no sólo no hay registros de que aparezca por las noches o cuando uno la va a buscar, sino que suele presentarse ante los ojos de algún distraído a plena luz del día y cuando uno menos se lo espera.

fin de semana largomilagroleyendasdia del niñosantoral
Seguinos en
También podría interesarte
Julio Fernández: “De ahora en más, no me interesa nada”LA BASILICA DE LUJAN ENTRE MANTENIMIENTO Y PRESERVACION
EL DISCURSO DEL PRESIDENTE DE E.E.U.U.DIA 11 - ERRORES DE PLANEAMIENTO
Menu

Ingresar

¿No estás registrado?

Registrate

Conectate con nosotros

FacebookInstagramTwitterYouTube