El portavoz Joaquín Navarro-Valls dijo a los periodistas que el Pontífice de 84 años, cuya salud empezó a empeorar el jueves por la noche, no había entrado en coma.
“Desde esta mañana al amanecer, hemos observado que empieza a comprometerse su estado de conciencia. Esto no significa en absoluto que esté en coma”, dijo Navarro-Valls.
“Cuando habla, sus ojos están abiertos y sigue consciente, pero en ocasiones parece estar dormido (...) Técnicamente excluiría hablar de un estado comatoso”, dijo el portavoz, añadiendo que el estado general del Papa seguía siendo"gravísimo”.
El Vaticano dijo el viernes que el corazón y los riñones de Juan Pablo II estaban fallando, su respiración era poco profunda y su tensión arterial había caído peligrosamente. Altos miembros del clero dijeron que el Papa estaba cerca dela muerte.
Decenas de miles de creyentes realizaron una emotiva vigilia en la Plaza de San Pedro durante la noche para rezar por el Pontífice.
La policía estimó que hasta 70.000 personas se encontraban en la Plaza al amanecer, para estar cerca del hombre que ha liderado el tercer papado más largo de la historia y ha sido una figura mundial clave, ayudando a acabar con el comunismo y defendiendo con firmeza las doctrinas del Vaticano.