El enigma del Santo Sudario
?. Las respuestas son contradictorias. No obstante, muchos científicos consideran que, efectivamente, se trata del Sudario que cubrió a Cristo luego de la pasión. ¿Cuáles son las pruebas concluyentes que hacen que algunos especialistas afirmen categóricamente que esa fue la mortaja que cubrió su cuerpo?. ¿Cuáles son los fundamentos en los que se basan aquellos que afirman que el Sudario es un fraude?.
En Turín, Italia, una moderna urna de metal con condiciones ambientales controladas por computadora y una mezcla de argón, un gas inerte y anti inflamable, asegura la conservación del Santo Sudario. Sucede que se intenta, a toda costa, evitar que vuelva a ocurrir una tragedia con el manto o cualquier tipo de inconveniente con su conservación.
Durante la noche del 11 y 12 de abril de 1997, un incendio dañó levemente la mortaja al tiempo que consumió gran parte de la capilla en donde se alojaba. El bombero italiano Mario Trematore, rompió la urna en la que se depositaba la reliquia y la rescató de una destrucción segura.
Pero pese a la devoción que representa la sábana en muchos cristianos, no son pocos los que aseguran que se trata de un gran fraude medieval. La misma suerte, dicen algunos especialistas, corren otros elementos relacionados íntimamente con el martirio y la muerte de Jesús.No obstante, la Iglesia resguarda con celos las piezas del martirio.
Por ejemplo, en la Catedral de San Pedro, en el Vaticano, aún se conservan los clavos de la crucifixión. La caña con la cual se le alcanzó la esponja de vinagre y la misma esponja de vinagre, en el Sancta Sanctorum (el lugar donde sólo el Papa puede dar misa); la misma ubicación la tiene la lanza con la que Longinos lastimó uno de los flancos de Cristo. En cambio, las espinas de su corona, se encuentran dentro de las catedrales de Oviedo y Sevilla. También, la sangre misma de Jesús es venerada en Venecia.
De hecho, existen para la Iglesia otras reliquias que son reverenciadas con mucha pasión por parte de los fieles. Estas son, por ejemplo, el anillo nupcial de María, propiedad de los herederos de un difunto Obispo de Toledo. O la campana en cuya fundición se utilizó una de las treinta monedas que recibió Judas (Velilla del Ebro, España). Por su parte, las lágrimas de la Virgen María, son veneradas en Vendome, Francia. En Valencia, por caso, se encuentra la toalla con la que Jesús lavó los pies a sus discípulos. Y quizás la más llamativa: Una paja del pesebre de Belén que, de acuerdo con la tradición, se halla en posesión de la Iglesia Santa María la Mayor, de Roma..
Sin embargo, el mayor punto de controversia se da en la autenticidad o no del Santo Sudario. Una prueba de Carbono 14, realizada en 1988, dio como fecha concluyente de creación del lienzo el siglo XIII después de Cristo (exactamente, entre 1260 y 1390). Para muchos, con esta prueba se acabó la discusión sobre el origen sagrado de la reliquia. Es que la ciencia considera incontrastables las pruebas del carbono. Pero, llamativamente, ningún laboratorio aún se atrevió a dar pruebas concluyentes sobre su falsedad.
Después de décadas de investigación, desde que la primera fotografía del Sudario se expuso en 1898, la complicada cuestión sobre la autenticidad sigue sin respuesta. Lo más misterioso de la tela es que refleja una imagen única, con efectos tridimensionales, plasmada en negativo y que nunca pudo reproducirse por métodos artificiales.
Para los mejores expertos de la NASA, la agencia espacial norteamericana, y que le han dedicado 150 horas de trabajo, el Sudario “es un objeto imposible”, no construído con la mano humana.
En rigor a la verdad, la Iglesia no se ha pronunciado oficialmente sobre su autenticidad, y deja libre a los científicos el investigar y estudiar la sábana funeraria, sin que sus resultados impliquen que se deje de venerar. “A nuestra fe le bastan los Evangelios”, suelen decir los principales referentes del catolicismo.
La mayor cantidad de datos sobre la Santa Síndone proceden de los estudios que realizó, a partir de 1977, un grupo de científicos dirigidos por el Dr. John Jackson y su compañero el Dr. Eric J. Jumper (Profesores de Física y de Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la Academia de las Fuerzas Aéreas de Denver, Colorado, y en el Centro de Pasadena -NASA- en Estados Unidos).
Los primeros resultados se hicieron públicos en 1977. Tanto Jackson como Jumper estudiaron detalladamente las fotografías del Sudario.
Desde la primera fotografía pudo descubrirse que la Sábana Santa de Turín era el negativo de una perfecta representación completa, por delante y detrás, de un hombre muerto en una cruz.
Diversos médicos, estudiando detenidamente los claros rasgos de la imagen, han hecho con mucha precisión una descripción de los padecimientos de la persona impresa en la sábana. Entre las características principales destacaban:
El cartílago de la nariz aparece roto y desviado a la derecha. Podría deberse a una caída, pues se han encontrado restos microscópicos de tierra de las mismas características físicas que la de Jerusalén en ella, así como en la rodilla izquierda y las plantas de los pies.
En el lado derecho del rostro aparece una gran contusión. Los especialistas afirman que sería producto por el golpe de una barra corta y redonda de entre 4 y 5 centímetros de diámetro
En el resto de la cara aparecen diversas excoriaciones especialmente en la mejilla derecha y la frente.
En las regiones que rodean los ojos y cejas, hay llagas y contusiones iguales a las que producirían puñetazos o palos. La ceja derecha está claramente inflamada.
La frente muestra más de 50 pequeñas y profundas heridas que evidencian la aplicación de una corona de espinas. Las manchas más grandes coinciden exactamente con venas y arterias reales, cuando en la Edad Media se desconocía la circulación de la sangre.
A lo largo de todo el cuerpo, con especial claridad en la espalda pueden verse marcas idénticas a las que dejaría el instrumento que utilizaban los romanos para flagelar a un reo: el Flagrum taxillatum (objeto que no se usaba en la edad media y que se conoce en nuestros días por haber sido encontrado en excavaciones arqueológicas). Un profesor de historia italiano, contó más de 600 contusiones y heridas en todo el cuerpo y se cuentan las marcas de los azotes en unos 120. (Al estilo romano, pues los judíos no daban más de 40).
La herida del costado tiene una forma elíptica del mismo diámetro que una lanza romana: 4.4 cm x 1.4 cm. (según expertos en historia de Roma, el hecho de estar en el costado derecho se explicaría por la práctica romana de dar este golpe a un enemigo que protege su corazón con el escudo que lleva en la izquierda).
Desde el punto de vista anatómico y teniendo en cuenta que los principales antropólogos coinciden en que la imagen corresponde a la de un semita, “el Hombre de la Sábana Santa”, es la única imagen que se ajusta en un cien por ciento lo que la Medicina Legal considera que fue la muerte de Cristo.
Pese a las evidencias dadas por uno y otro lado, las discusiones y controversias -2000 años después de la muerte de Cristo- siguen en pie. Nadie, con absoluta certeza, se arriesgó a decir que se trata del manto que cubrió a Jesús durante su pasión. Ni siquiera Juan Pablo II, el actual Papa y principal referente de los Católicos en el mundo. “Creo que se trata del manto de Cristo”, dijo años atrás.
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