Clausuran un kiosquito por vender pirotecnia sonora
En un operativo realizado durante las últimas horas, inspectores municipales procedieron a la clausura de un comercio donde se detectó la venta de pirotecnia sonora, material expresamente prohibido por ordenanza del Concejo Deliberante. Sin embargo, llama la atención que las autoridades no revelaron la ubicación exacta del establecimiento sancionado, lo que genera interrogantes sobre la transparencia del procedimiento.
La medida se enmarca en una serie de controles que realiza el municipio, aunque surge el interrogante sobre la efectividad real de estas inspecciones, considerando que la venta clandestina de pirotecnia suele multiplicarse durante las fiestas de fin de año. Además, las imágenes difundidas por el propio municipio despiertan dudas sobre si el comercio clausurado contaba con la habilitación correspondiente para funcionar.
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Si bien desde el gobierno local destacan un “alto grado de responsabilidad ciudadana” en el cumplimiento de la normativa, la realidad muestra que año tras año se repiten las quejas por el uso de pirotecnia sonora, que afecta especialmente a personas con discapacidad, veteranos de Malvinas, adultos mayores, personas con autismo y mascotas.
La ordenanza vigente es clara en su prohibición, pero los vecinos reclaman controles más estrictos y permanentes, no solo operativos aislados que parecen más orientados a generar impacto mediático que a resolver el problema de fondo. La pregunta que surge es si esta clausura representa un verdadero compromiso con el cumplimiento de la normativa o es solo una acción aislada para aparentar control.
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Mientras el municipio insiste en apelar a la solidaridad individual de los vecinos, queda pendiente una explicación sobre el alcance real de los controles y si se están realizando inspecciones similares en otros comercios de la ciudad, especialmente en aquellos que históricamente han comercializado este tipo de productos prohibidos.
Esta noche de Nochebuena será el verdadero termómetro para medir la efectividad de los controles municipales. El nivel de detonaciones que se registre en los diferentes barrios de la ciudad pondrá a prueba no solo la autoridad del intendente Juan Ustarroz, sino también la credibilidad de una gestión que promete controles pero que, hasta ahora, no ha logrado impedir que la pirotecnia prohibida llegue a manos de los vecinos.
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