4 JOVENES FALLECEN EN TRAGICO ACCIDENTE
En medio de escenas desgarradoras, y rodeados por centenares de amigos, familiares y vecinos, se llevaba a cabo anoche, en la cochería La Diosma, frente al cementerio de San Martín, el velatorio de los hermanos Juan Manuel y Nicolás Agud, de 18 y 16 años, y de Nicolás Albornoz, de 19, tres de las víctimas del terrible accidente ocurrido ayer en la ex Ruta 8, cuando el auto que conducía uno de ellos cruzó por los aires el boulevard que separa los dos carriles y se incrustó contra un camión, en la localidad de Billinghurst, partido de San Martín.
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En tanto, el otro joven fallecido, Norberto Hugo Malespada, de 28 años, era velado en su casa, en la localidad bonaerense de Loma Hermosa. Mientras tanto, fuentes del Hospital Thompson señalaron que el único chico que logró salvar la vida, Gonzalo Ubal, de 18 años, ya se halla en condición estable, sin respirador artificial, aunque continúa internado en terapia intensiva en estado sumamente delicado.
El velatorio de tres de los adolescentes comenzó anoche a las 20, en la cochería La Diosma, ubicada en Coronel Montt y 1º de Mayo, frente al cementerio de la localidad bonaerense de San Martín, por donde desfilaron centenares de personas y pudieron verse infinidad de ofrendas florales, una de ellas con una cinta identificatoria de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera, dado que el padre de dos de los chicos fallecidos, Rodolfo Agud, es preparador de autos de esa categoría. En tanto, los restos de Norberto Malespada eran velados en su domicilio de Ituzaingó 321, de la localidad de Loma Hermosa, en un clima circunspecto, con presencia de familiares y amigos, pero sin permitir el acceso de extraños.
Los cuatro jóvenes fallecidos en el accidente serán sepultados mañana a las 10, en la necrópolis de San Martín.
Aunque las primeras versiones indicaban que las víctimas venían corriendo “picadas” con otro auto que logró escapar del lugar, familiares y amigos de las víctimas rechazaron tajantemente esa hipótesis.
Son múltiples las versiones existentes acerca de cómo se produjo el choque. La primera de ellas, la de los familiares y amigos de las víctimas, señala que diversos testigos, reservados en razón del sumario y de la investigación, venían siguiendo lo ocurrido desde el local bailable de donde salieron los jóvenes, Chankanab, ubicado en la avenida Presidente Perón y Cochabamba, de San Martín. Los muchachos habían ido al boliche a festejar el Día del Amigo y, al parecer, habrían tenido una discusión con otro grupo de jóvenes. Luego, al retirarse a bordo del Fiat Duna propiedad de la madre de los chicos Agud, habrían sido seguidos por dos vehículos, uno de ellos, un Renault 12 negro, y el otro, un Fiat Uno o Peugeot 306, dado que en este último punto diferirían los testimonios. Uno de estos autos habría tocado al Duna de los jóvenes y lo precipitó a la tragedia.
Familiares de los chicos fallecidos indicaron que de ninguna manera el coche que conducían podía estar preparado para correr picadas, puesto que “se trataba de un Duna con equipo de gas, por lo que no podía andar a más de 120 kilómetros por hora. Tampoco se puede hablar de alta velocidad, porque en todo caso habría que sumar la velocidad que desarrollaba el auto y también la del camión contra el que chocó”.
Otro allegado a las familias destruidas por este terrible accidente, dijo: “Eran todos chicos sanos. Juan Manuel (el conductor) jugaba en las inferiores de Argentinos Juniors y en Huracán. Ni tomaban ni se drogaban. Lo único que hacían era ir a bailar los fines de semana a ese boliche”.
Por otra parte, aparece una versión policial que señala que el accidente se habría producido entre el auto de los chicos y un Renault 19, que es intensamente buscado y se calcula que su conductor podría ser hallado en las próximas horas.
Y más allá de esto, aparece una versión, procedente de un empleado de la Municipalidad de San Martín, que señaló que el auto de los muchachos “estaba preparado para correr y el otro auto, también”. Lo que permitiría inferir que efectivamente podría ser identificado el conductor del otro vehículo, de dar crédito a esta versión, impugnada de plano por amigos y familiares de las víctimas.
Sin embargo, vecinos de la zona donde ocurrió el luctuoso accidente –esquina de la avenida Balbín (ex ruta 8) y José Hernández, a pocos metros del Liceo Militar– dijeron que no estaban en condiciones de precisar si los chicos estaban corriendo una picada y tampoco si existió un segundo o un tercer vehículo involucrados en la colisión.
Entretanto, eran descorazonadoras las imágenes que se registraban en el velatorio de tres de los chicos, con la casa mortuoria llena con centenares de adolescentes llorando, y las madres de los muchachos ya sin fuerzas para sostenerse.
Entretanto, fuentes judiciales señalaron anoche que por el momento sólo tienen referencias acerca de que pudo haber una pelea en la disco, y que los jóvenes habrían salido abruptamente del lugar y seguidos por sus rivales a bordo de un Renault 12, aunque en la causa que se abrió por “cuádruple homicidio y lesiones culposas” todavía no hay ninguna constancia sobre esa posibilidad.
Por su parte, la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC) confirmó ayer, “con profundo pesar”, que los hermanos que fallecieron eran “hijos de Rodolfo Agud, miembro de la familia de Turismo Carretera” y que el velatorio de las víctimas se realizaría en una cochería frente al cementerio San Martín.
“Por el eterno descanso de sus almas, la ACTC, su comité ejecutivo, su comisión directiva, pilotos, copilotos, personal y allegados ruegan una oración en sus memorias”, se añadió.
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