Donald Trump dio un nuevo giro a la política medioambiental estadounidense al firmar una orden ejecutiva que elimina las restricciones sobre el uso de sorbetes plásticos en instalaciones federales. La medida, anunciada el lunes, revierte directamente las políticas implementadas por la administración Biden, que buscaban eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso en el sector público para 2035.

La decisión ejecutiva ordena específicamente a las agencias federales cesar la compra de sorbetes de papel y garantizar su completa eliminación de los edificios gubernamentales. Trump fundamentó esta medida señalando las deficiencias prácticas de las alternativas ecológicas, argumentando que los sorbetes de papel “no funcionan” y carecen de durabilidad.

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Esta iniciativa refleja una postura que Trump ha mantenido consistentemente. Durante su campaña de reelección en 2019, el expresidente ya había manifestado su oposición a las alternativas ecológicas, llegando incluso a comercializar sorbetes plásticos reutilizables con su marca a quince dólares el paquete de diez unidades. En una reciente publicación en redes sociales, Trump declaró enfáticamente que la política ambiental de Biden está “¡MUERTA!”.

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En cuanto a las preocupaciones ambientales sobre la contaminación oceánica y el impacto en la vida marina, Trump desestimó estos argumentos con una peculiar declaración durante su anuncio en la Casa Blanca, sugiriendo que el plástico no afectaría significativamente a los tiburones mientras se alimentan en el océano. Esta postura contrasta marcadamente con los estudios científicos que documentan el impacto negativo de los plásticos en los ecosistemas marinos.

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La medida forma parte de una serie de acciones que buscan desmantelar las políticas ambientales implementadas por la administración Biden, quien había establecido objetivos para eliminar progresivamente los plásticos de un solo uso en servicios de restauración, eventos y empaques federales para 2027, extendiéndose a todos los servicios federales para 2035.