La futbolista mercedina Juana Cangaro fue arrestada en São Paulo junto a otras tres jugadoras de River

La futbolista mercedina Juana Cangaro, junto a sus compañeras Candela Díaz, Camila Duarte y Milagros Díaz, permanecen demoradas en la comisaría 6 de São Paulo tras los violentos incidentes registrados durante el encuentro frente a Grêmio. Las imágenes de la transmisión televisiva brasileña muestran a Candela Díaz realizando gestos discriminatorios, mientras que sus compañeras fueron denunciadas por proferir insultos racistas contra las jugadoras locales.

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Los hechos comenzaron cuando la arquera del equipo argentino pateó un balón contra un alcanzapelotas, desatando una secuencia de agresiones. Cangaro se vio involucrada directamente al agredir al mismo auxiliar, lo que provocó su expulsión inmediata. La situación escaló rápidamente hasta convertirse en una batalla campal que las autoridades no pudieron controlar.

El incidente pone de manifiesto una problemática cultural profundamente arraigada en el fútbol argentino, donde ciertos insultos y gestos racistas son normalizados y hasta minimizados como parte del folklore deportivo. Sin embargo, en países como Brasil, con una legislación estricta contra la discriminación racial, estas conductas constituyen delitos penales que pueden derivar en arrestos y consecuencias judiciales, como lo demuestra este caso.

El partido debió suspenderse cuando River acumuló seis expulsiones, quedándose sin la cantidad mínima reglamentaria de jugadoras en el campo. La victoria fue otorgada automáticamente al conjunto local, mientras que la organización del torneo decidió expulsar al club argentino de la competencia, prohibiéndole además participar en las próximas dos ediciones.

River Plate envió representantes legales y una abogada para asistir a las futbolistas detenidas, mientras que el resto del plantel ya regresó a Buenos Aires. La institución emitió un comunicado oficial repudiando los actos discriminatorios y aseguró que “está tomando las medidas disciplinarias correspondientes y seguirá trabajando para erradicar este tipo de conductas”.

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Este episodio debería servir como llamado de atención para el deporte argentino sobre la necesidad de erradicar definitivamente el racismo de sus canchas, entendiendo que lo que en el ámbito local puede ser considerado como una simple provocación deportiva, en el contexto internacional constituye un delito grave con serias consecuencias legales.

Se espera que Cangaro y sus compañeras sean liberadas en las próximas horas para regresar al país, aunque ya quedaron imputadas judicialmente en territorio brasileño. El incidente no solo representa un golpe para la imagen del fútbol femenino argentino, sino que también podría tener repercusiones diplomáticas entre ambos países.