MercedesYA

significado de los sueñospobreza en argentina

Fantasía y realidad

Entre la fantasía y la realidad se suele decir que existe una delgada línea divisoria. La esperanza o la necesidad de creer en algo, en un proyecto propio o ajeno, individual o social, nos lleva muchas veces a negar la realidad y situarnos del otro lado.

Por Marcelo Melo
Fantasía y realidad

Entre la fantasía y la realidad se suele decir que existe una delgada línea divisoria. La esperanza o la necesidad de creer en algo, en un proyecto propio o ajeno, individual o social, nos lleva muchas veces a negar la realidad y situarnos del otro lado; desde la fantasía o al menos de esa posición que contiene menos grado de objetividad. Podemos creer en nuestro prójimo, a través de la religión o sin ella, podemos creer en la ayuda divina o creer en el hombre como verdadero hacedor de la historia, como protagonista de los distintos sucesos sociales. Tenemos diferentes oportunidades para situar nuestras creencias en relación con la sociedad.
¿Por qué mencionamos a la sociedad?, un pueblo, más bien su gente, tiene sueños, proyectos de conjunto. Hacia adonde ir como Nación, ciudad, barrio, etc., y los mismos van en relación a sus necesidades y también sus opiniones.
La Argentina es un país con muchos mitos sobre su espalda, así se dice: “Somos el granero del mundo”, “Tenemos un país rico, pero pobre por su mala administración”, “No salimos adelante porque somos unos chantas”, “Somos los langas del mundo”... Muchos más existen y casi todos desembocan en las potencialidades de nuestro país y lo mal que han sido aprovechadas históricamente.
En la actualidad existen varios mitos dando vueltas, muchos nacen de la necesidad de creer en algo o alguien. Es que los seres humanos como tales y también como parte de un pueblo tenemos esperanzas de vivir al menos en condiciones un poco mejor que las que nos viene tocando hasta hoy.
Hoy día se dice que el Presidente es un hombre que se muestra con mucha energía, que tiene un puño firme a la hora que tiene que tomar decisiones. Puede o no ser verdadero lo que se dice, pero, en ciertos asuntos de relevancia no siempre se observa que esto suceda. Vemos hechos que son toda una demostración en el tema.
Se pensó que con el boicot a las petroleras se ganaba una gran batalla y a la vez se daba un ejemplo para evitar que las multinacionales abusen de sus usuarios. Sin embargo, en rigor, apenas las empresas rebajaron unos centavitos luego de significativas alzas, en especial del gasoil, tan importante para la actividad productiva, para que todo se llamara a silencio. ¿Alcanzó la firmeza o dureza oficial para que las petroleras siguieran imponiendo sus precios? Desgraciadamente no.
Otro ejemplo: se confía en el equipo económico y sus posiciones dado que “nos sacó del default” y nos colocó nuevamente como un país confiable para los inversores extranjeros. Pero pequeña contradicción, esos inversores extranjeros no son ni más ni menos que los que hoy día poseen la mayoría de las grandes empresas del país y que actualmente, como antes, continúan girando ganancias a sus casas matrices. Inversores que han sido acusados de ser partícipes durante otros gobiernos, de igual origen que el actual, de conducir al país a la grave crisis que desde hace unos años nos viene afectando. Si bien la economía viene intentando recuperar el tiempo perdido, lo hace sólo en algunas actividades. No puede hablarse de un crecimiento generalizado, sino de un crecimiento por áreas, como la agropecuaria.
La esperanza de ver al país salir adelante es grande, la mayoría la tenemos, pero no todos coincidimos sobre qué es salir adelante y en todo caso hacía adonde. Pues no es lo mismo que uno acumule mil a que mil se lleven uno.
Ha pasado largamente el tiempo de espera para ver cómo y hacia dónde iba el gobierno. Primero se pidió que no fuéramos impacientes. Bien, pero, no se trata de paciencia o no, sí de saber hacia dónde rumbeamos. Una cosa es segura, la desocupación sigue tan vivita o más que en los tiempos pasados. Si caen uno o dos puntos es como, por ejemplo, en un enfermo que de 39 grados de fiebre pasó a tener 38 grados y medio. Está relativamente mejor, pero la fiebre continúa con picos y continúa porque la enfermedad que se tiene no mejora.
La geografía nacional se va poblando de reclamos por aumentos de salarios. La respuesta del gobierno: una canasta alimentaria social y garrafa social. No podemos menos que alarmarnos. Con la canasta de alimentos proyectada se definen dos cuestiones muy graves, por un lado el tipo de alimento sin proteínas y minerales suficientes para hablar de una adecuada calidad de alimentación. Con la garrafa, vaya usted a conseguirla. ¿Por qué parches y no soluciones de fondo? ¿No será que meter la mano en el bolsillo de los que más tienen no es lo recomendable?
Si se otorgaran aumentos de sueldos la mayoría de la postergada población con bajos ingresos estaría en condiciones de comprar más y mejores alimentos, podría contar bien con garrafas o bien poner estufas eléctricas. Claro que estas últimas estarán limitadas en su uso por dos motivos. Por lo cara que es la electricidad y porque hay que ahorrar según ha decidido el gobierno.

Dos cosas al respecto.
Es sabido, sin ser economista que hay que consumir más para producir y reponer lo consumido. Es que un mayor consumo obliga a producir más mercaderías para reponer lo que se vendió. Aquí algo sin explicación: si se dice que se produce más y se pide que se consuma menos, ¿cómo cierra la cuenta?, salvo que algún ratón se esté llevando el queso que se fabricó. ¿Mitos?
La otra: una creciente publicidad dirigida hacia el sector de la población que recibe los más altos ingresos. Para ellos barrios exclusivos, shopings, funciones teatrales con entradas de alto precio, equipos de música de última generación, automóviles últimos modelos, etc., etc. Es decir, por un lado la canasta alimentaria para los pobres y por el otro una selectiva oferta de productos que ya no se limitan a cubrir las necesidades diarias de cualquier persona sino que se dirigen a cubrir deseos que ni un príncipe árabe muchas veces sueña.
Estas dos Argentinas, lejos de seguir en blanco y negro, ¿algún día terminarán por ser un único país donde las diferencias, por lo menos, se achiquen? Entendemos que no es un pedido sin sentido.
Ante este verdadero drama social la energía verbal de nuestras autoridades debería volcarse en acciones, hechos, medidas concretas.
Si ello ocurriera diríamos, que lo que se dice, más allá de una palabra fuerte o dura, es lo que se hace.
En algún libro de historia se dice que hubo un gobernante que solía decir, ‘mejor que prometer es realizar’; ‘mejor que decir es hacer’. ¿Estas palabras habrán perdido vigencia?

Fuente: Luciano Demergasso

significado de los sueñospobreza en argentinaseleccion argentinaaumento de preciosteatro argentinoprimeros mil dias
Seguinos en
También podría interesarte
El Presidente Néstor Kirchner dejó el anuncio de grandes obras para la gestión de Carlos SelvaFUE
4to B practica en Los JarronesBOZZINI HABLO DE MANEJOS POLITICOS
Menu

Ingresar

¿No estás registrado?

Registrate

Conectate con nosotros

FacebookInstagramTwitterYouTube