Caso Jeremías Sosa: escalofriantes detalles sobre su muerte modifican la carátula judicial

La causa judicial que investiga la muerte de Jeremías Sosa en la localidad de Olivera ha tomado un giro significativo tras los resultados de la autopsia, que determinaron que el fallecimiento se produjo por “shock neurológico por traumatismo grave de cráneo”. El informe forense también reveló que la víctima presentaba múltiples lesiones en su cuerpo, lo que llevó a las autoridades judiciales a modificar la carátula del expediente, que pasó de “Homicidio en riña” a “Homicidio en agresión”, según confirmaron fuentes ligadas a la investigación.

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Esta reclasificación del caso podría implicar consecuencias penales más graves para los implicados, mientras los investigadores continúan recolectando evidencias que, aparentemente, comprometen a más personas en el brutal ataque ocurrido el sábado por la noche. El cambio en la tipificación legal refleja la gravedad de los hechos, sugiriendo que no se trató de un enfrentamiento entre bandos sino de una agresión unilateral contra la víctima.

Mientras avanza la investigación, vecinos de Olivera realizaron una manifestación cortando la calle principal de la localidad, donde quemaron neumáticos y expresaron su indignación ante los medios de comunicación. Entre los manifestantes se encontraba Melanie Sosa, hermana de la víctima, quien ofreció un desgarrador testimonio desde el mismo lugar donde su hermano fue atacado fatalmente, en la calle Juan XXIII, entre Remedios de Escalada y Reconquista.

“Venía a trabajar a Buenos Aires, tenía a su cargo obras, tenía plata, casa y auto. ¡Él no tenía necesidad de robar!”, exclamó repetidamente entre lágrimas Melanie frente a las cámaras de Crónica. Según relató, Jeremías sufrió un ataque de pánico momentos antes de ser atacado por un grupo de personas que lo acusaron injustamente de cometer un delito.

La hermana también reveló aspectos desconocidos de la vida del albañil de 31 años, oriundo de Jardín América, provincia de Misiones. Describió a Jeremías como un hombre trabajador y solidario que administraba un comedor en su casa donde alimentaba a 30 jóvenes con problemas de adicciones. Este perfil contrasta drásticamente con la acusación de ladrón que desencadenó el linchamiento, evidenciando un caso de confusión con trágicas consecuencias que ha conmocionado a la comunidad y que continúa sumando elementos para el esclarecimiento de los responsables del crimen.