¿Qué santos se celebran hoy 17 de julio?
San Alejo, cuyo nombre significa “defensor” o “protector”, es conocido como “el hombre de Dios” y es venerado por su vida de renuncia y entrega. Según la tradición, nació en una familia noble en Roma en el siglo IV, pero abandonó todo para vivir en la pobreza y la humildad. Renunció a su herencia y se embarcó en un viaje peregrino, viviendo en la más absoluta penuria y anonimato.
La devoción a San Alejo creció con el tiempo, y se le atribuyen numerosos milagros y sanaciones. Es considerado un modelo de renuncia y abnegación, inspirando a muchos fieles a seguir su ejemplo de humildad y servicio a los demás.
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Santa Marcelina de Roma fue una virgen y mártir del siglo IV. Se dice que perteneció a una noble familia romana y, tras convertirse al cristianismo, decidió consagrarse a Dios en la virginidad. Marcelina vivió en una época de persecución y, a pesar de las amenazas, mantuvo firme su fe.
Marcelina es considerada la patrona de las vírgenes y un símbolo de fortaleza y fidelidad a los principios cristianos. Su ejemplo nos enseña la importancia de mantener nuestra fe en tiempos difíciles y defender nuestros valores.
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San Andrés de Creta fue un obispo del siglo VIII en la ciudad de Gortina, en la isla de Creta. Destacó como escritor y teólogo, y su obra más conocida es el “Gran Canon”, una serie de himnos y oraciones utilizados durante la Cuaresma. San Andrés era un defensor de la ortodoxia y luchó contra las herejías de su tiempo.
Su legado como escritor y su labor pastoral dejaron una profunda influencia en la Iglesia. San Andrés nos recuerda la importancia de la enseñanza y la defensa de la fe, así como la importancia de la oración en nuestra vida espiritual.
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Beato Inocencio XI, cuyo nombre secular fue Benedetto Odescalchi, fue el 240º Papa de la Iglesia Católica, sirviendo desde 1676 hasta su muerte en 1689. Durante su pontificado, se destacó por su compromiso con la reforma y la lucha contra la corrupción.
Inocencio XI se enfrentó a desafíos significativos, como la resistencia a sus esfuerzos de reforma, pero su determinación y valentía dejaron un legado duradero. Fue un ferviente defensor de la justicia y la honestidad en la Iglesia y en la sociedad en general. Su beatificación en 1956 reconoció su vida de virtud y santidad.
En el santoral del 17 de julio, la Iglesia Católica rinde homenaje a estos santos y beatos, quienes, a través de su vida y legado, inspiran a los fieles a vivir una vida de fe, humildad, servicio y compromiso con la verdad. En su ejemplo encontramos la fortaleza y la guía para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo y seguir creciendo en nuestra vida espiritual.
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