Se especula con un vacío total consular
Argentina tiene previsto cerrar a partir del 1 de marzo veintiuna Embajadas y trece Consulados, entre ellos los de Madrid y Roma, para aligerar el peso de la deuda y ahorrar unos cinco millones de dólares. También pretende reducir el gasto en otros 35 millones de dólares con la venta de inmuebles y activos en el exterior y el ajuste en las cuotas ante los organismos multilaterales. El cierre de Embajadas afectará nada menos que a la cuarta parte de la representación de Argentina en el extranjero, mientras que el de las oficinas consulares equivale al 23 por ciento. La vasta reorganización diplomática que acometerá el Gobierno de Eduardo Duhalde para contribuir a mitigar la bancarrota nacional, anunciada ayer en la prensa bonaerense, es una solución de emergencia a la que recurren de forma legítima y comprensible los países que atraviesan problemas económicos. Pero la inclusión del Consulado en Madrid no parece una elección idónea por razones obvias. La estrecha relación migr! atoria y económica entre España y Argentina hace imprescindible una fluida y ágil colaboración diplomática. El vacío consular sobrecargará de trabajo y trámites a la Embajada en Madrid y podría propiciar cierta sensación de desarraigo entre la masa laboral argentina asentada en España. Buenos Aires debería reconsiderar el cierre de este Consulado, así como el de su oficina ante la UE, ya que entre Madrid y Bruselas pivota gran parte de sus intereses estratégicos.
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