Se cumplen 10 años del asesinato de Jonathan Villalba
La cantidad de motos y bicicletas que hubo en la puerta de la casa velatoria alcanzaba para comprender que Jony, “el gordo” como le decían algunos, era muy querido. Durante todo el día, chicos y no tan chicos pasaron para despedirse.
Jony, como le decían sus amigos, falleció en la Clínica de Las Mercedes, al día siguiente, luego de estar internado en el hospital y mientras se le intentaban hacer análisis. Era el 22 de septiembre. Había recibido una paliza en la zona de Acceso Manuel Sanmartín (Acceso Sur), lugar en el que tradicionalmente se realizan reuniones en quintas en el día del estudiante.
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Este hecho de violencia en Mercedes se sumaba a otro acontecido el abril del año anterior, cuando José Darío Duarte, de 26 años, murió tras ser atacado a golpes por una patota a la salida de un boliche.
En el año 2013 un tribunal entendió que quedó claro que la muerte de Jonathan Villalba se produjo como consecuencia de la golpiza feroz que recibió con injuria posterior sobre sus órganos vitales quedando acreditado que uno de los agresores fue Pablo Ventosa, quien fue condenado a 13 años de prisión.
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“Era un niño en el cuerpo de un grande. Buenazo, con un corazón enorme”, recordaba Mirta Pereira, la directora de la escuela a la que iba Jonathan, durante su velatorio. “Se ve que lo tenían marcado, porque no era de tener problemas ni de pelearse”, dijo en aquella luctuosa jornada.
Era hincha de Boca y de Vélez de Mercedes, cariñoso y “jodón”. Corpulento y grandote, muy parecido físicamente al hermano. “Estaba siempre de buen humor, muy alegre. Le gustaba andar solo”, contaba Myrna, que lo conocía de toda la vida. “¿Con quién me voy a pelear ahora?”, se preguntaba la chica, sin consuelo.
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Según cuentan sus conocidos, Jonathan estaba muy contento por esos días. “En la escuela le habían puesto un diez. Andaba todo el día diciendo que era el primer 10 que se había sacado”, contaron sus compañeros de quinto año.
Estamos a pocas horas de un nuevo día de la primavera. Un día para festejar, pero también para recordar. El deseo de todos los mercedinos es, sin duda, que los jóvenes festejen tranquilos su día del estudiante. Recordamos a Jony con la angustia de lo que nunca debió haber sucedido, y le deseamos paz a su familia y amigos. Besos al cielo.
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