MURIO RAINIERO III

A los 81 años y después de casi dos semanas de agonía por las severas complicaciones en su salud, murió esta madrugada el príncipe Rainiero III de Mónaco. Internado por última vez el pasado 7 de marzo, la preocupación por su precario estado comenzó a crecer 14 días más tarde, cuando el 23 de marzo debió ser trasladado a la terapia intensiva del Centro Cardio Torácico del principado, por una infección bronco pulmonar.

Hijo de la princesa Charlotte de Valentinois y el conde Pierre Polignac, Rainiero nació en Mónaco el 31 de mayo de 1923, en el seno de la familia que gobierna a ese estado desde hace siete siglos. Fue educado en los más prestigiosos colegios de Gran Bretaña, Suiza y Francia. En 1944 se sumó al Ejército francés, al que sirvió durante la II Guerra Mundial. Ese mismo año su madre abdicó en su favor, pero recién llegó al trono el 19 de noviembre de 1949, al morir su abuelo, el príncipe Louis II.

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Instalado como monarca, Rainiero encantó no sólo a los habitantes de su principado, sino a todo un mundo que lo vio como el príncipe soñado cuando en 1955 asistió el festival de cine de Cannes y enamoró a la bella actriz hollywoodense Grace Kelly. Luego de un breve y apasionado romance, el 19 de abril de 1956, se casaron en la catedral de San Nicolás, atrayendo la atención de la prensa de todo el mundo.

Del matrimonio entre Rainiero y su esposa nacieron tres hijos: Carolina, el 23 de enero de 1957; Alberto (nuevo monarca), el 14 de marzo de 1958; y Stephania, el 1 de febrero de 1965. Pero la tragedia golpeó a la familia Grimaldi el 14 de setiembre de 1982, cuando Grace Kelly murió en un accidente automovilístico en el que logró sobrevivir su hija menor.

Tras la muerte de Grace Kelly, el príncipe cayó en una profunda depresión que lo alejó de la vida pública, mientras sus dos hijas se convertían en objeto de la prensa amarilla por sus escándalos juveniles y su vida romántica. Carolina y Stephania convirtieron a Rainiero en abuelo de siete chicos (cuatro de la princesa mayor y tres de la menor). Mientras que el príncipe Alberto, pese a no estar casado ni tener hijos aún, tras la muerte de su padre pasó a ser el nuevo monarca monegasco.

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El 19 de diciembre de 1962, con la nueva Constitución, Rainiero cedió parte de sus poderes al gobierno francés. Mónaco pasó de ser una monarquía absoluta a una constitucional. Desde entonces, el príncipe Rainiero ejerció el poder ejecutivo, asesorado por un Consejo de Gobierno, además del legislativo, compartido con el Consejo Nacional.

Rainiero era muy querido en Mónaco, un pequeño principado que transformó en un moderno y elegante enclave para los millonarios. El Principado tiene poco más de 32.000 habitantes, de los cuales unos 6.000 son de nacionalidad monegasca y el resto extranjeros residentes. Es una población comparable con la de Gibraltar, pero con una extensión de apenas 2 kilómetros cuadrados, un tercio de la del Peñón español.

Tiene la mayor densidad demográfica del mundo, desde que Macao fue reincorporada a China en 1999. Pero aun así es un próspero rincón en la Tierra, donde no existen los impuestos sobre la renta y que ha logrado fama tanto por su casino en Montecarlo como por las competencias de rally y de Fórmula Uno.

En los últimos años el estado de salud de salud de Rainiero se agravó progresivamente. El 25 de noviembre de 1994 le sustituyeron parte de la arteria coronaria izquierda, parcialmente bloqueada. El 16 de diciembre de 1999 volvió a ser intervenido en el Centro Cardiaco-Torácico de Mónaco, después de sufrir una dilatación de la aorta abdominal. El 2 de febrero de 2000 sufrió una extirpación parcial de pulmón, para controlar un tumor, y diez días después fue operado nuevamente a causa de un neumotórax.

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Los problemas respiratorios lo obligaron a volver varias veces al hospital desde diciembre de 2003. Pero el 7 de marzo fue internado por última vez. Pese a la infección broncopulmonar logró ser controlada, las funciones cardíaca, pulmonar y renal se degradaron de manera abrupta. El 23 de marzo fue trasladado a la sala de terapia intensiva, donde pasó sus últimos días ante el sufrimiento de sus familiares.