La otra cara de la seguridad vial
Comenzaron las clases y la imagen de los padres con más de dos chicos transportados en las motos, sin cascos, vuelve a marcar distintas realidades. La imprudencia, la falta de controles y la ausencia de transportes públicos entre otros, que pudieran disminuir estos riesgos, que los hay, pero no cubren la totalidad de la ciudad.
Esta imagen se multiplica por varias con el inicio de clases.
El regreso a clases iba a tener estas postales. Madres, padres o familiares a cargo, llevando sus hijos a las escuelas en sus transportes, transgrediendo las normas de seguridad vial. Ausencia de cascos, motocicletas que exceden la capacidad permitida y los controles de seguridad que tienen estas excepciones, distintos, muy distintos a los que se vieron por ejemplo el fin de semana.
La imprudencia no es sólo para esta época de clases, se ve todo el año, pero cuando de llevar a los chicos a clase se trata, se incrementa. Por muchas razones. La primera es la imprudencia, el riesgo de los significa que una moto (cualquiera sea su cilindrada), esté transportada por su conductor o conductora y hasta dos o tres personas más, en la mayoría de los casos chicos.
Aún con la transgresión a cuesta, se le suma la ausencia del casco en estas personas, aunque la estadística marca en la ciudad, que la gente no tiene conciencia de su uso, pese a la innumerables campañas que se han llevado a cabo, y no es sólo falencia de una gestión de gobierno en particular, es histórico en Mercedes; y en estos casos particulares, parece que cuesta mucho tomar las medidas que se debieran tomar.
Excusas: la gente no tiene otro medio para hacerlo y no hay suficiente transporte público que abarque de una manera más amplia la demanda escolar; porque la comuna tiene, pero no cubre todos los radios que pudieran amortiguar un tanto la alternativa de aminorar los riesgos y porque no se tiene otro medio para transportar a los chicos, primando la situación económica como punto principal.
Por lo tanto, un operativo de seguridad que regule estas instancias, sería demasiado antipático y poco conveniente; porque el conductor imprudente tiene las excusas perfectas al alcance de la mano; pero no es diferente el riesgo de un accidente un día hábil a un día de fin de semana. Es exactamente igual.
Esta imagen se multiplicó en toda la ciudad, basta solamente pararse en cualquier esquina de cualquier colegio a la hora pico y sin exagerar, la estadística marca que al menos de 20 motos que circulan, en 19 las tripulan personas sin cascos. De esas 20 al menos diez, van transportadas con más de dos personas; predominando a quienes llevan a sus hijos a las escuelas.
Por eso es bien celebrado cuando la comuna encara exhaustivos operativos de controles en materia de seguridad vial, porque hacen falta y porque debe bajarse una estadística muy pesada por años en Mercedes, y eso que campañas no faltaron; por eso es la otra cara de la seguridad vial.
