El salteño era gran candidato al título
Es que el triunfo que había obtenido en el trazado sanjuanino de El Zonda colocaba al salteño, de 23 años, en condiciones ideales para que su Toyota llegara con chances a la disputa del campeonato.
Vuyovich había nacido el 29 de junio de 1981 en la ciudad de Orán. Desde pequeño mostró su vocación por los “fierros” y ya con once años ganó el campeonato de kartings del Noroeste Argentino (1992-1993). Dos años más tarde, Vuyovich se alzó con el torneo Interfederativo y en la temporada 1995-1997 alcanzó el cetro argentino de la especialidad.
A partir de allí, se produjo el salto a los automóviles con techo, y su apetito por la velocidad le dio, rápidamente, una nueva conquista: el campeonato de Turismo Pista de la provincia de Salta, en 1999. Entonces, el salteño consiguió el premio por el que tanto bregaba: su acceso al Turismo Nacional Clase 2, en el 2000. Y como no podía ser de otra manera, con un título bajo el brazo.
Dos años después, Vuyovich ratificó, con 21 años, que seguía siendo una de las principales promesas del automovilístico y no solamente se dio el gusto de debutar y ganar en el TC 2000 (el 13 de octubre de 2002 en el autódromo porteño Oscar Gálvez, con un automóvil particular) sino que también se quedó con el campeonato de Turismo Nacional Clase 3.
Sin embargo, la felicidad por los éxitos se interrumpió bruscamente a principios del 2003, a la finalización de la competencia inaugural del calendario del TC 2000, concretada en San Luis. Mientras manejaba un automóvil rumbo a su ciudad natal, Nicolás tuvo un accidente que derivó en la muerte de su acompañante, su padre Francisco, a la altura de la localidad salteña de Metán.
Ese duro golpe marcó su vida. Porque los que lo conocían bien apuntaron que Nicolás sintió “profundamente” el episodio, por considerarse “responsable” de lo que había ocurrido. Hasta que a principios de temporada se sumó al equipo oficial Toyota, con el propósito de ayudar a Norberto Fontana, su compañero de equipo, en la posible conquista del certamen.
Una vez concluida la competencia de ayer tarde en San Juan, Vuyovich contó que “no había orden de equipo” para dejar pasar al arrecifeño y simplemente recordó que el triunfo estaba dedicado a “la memoria” de su padre, vaya paradoja.
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