CONFIRMAN PENAL EN GENDARMERIA A PESAR DE UNA OPOSICION GENERALIZADA

Funcionarios del Ministerio de Seguridad vinieron a Mercedes a escuchar la posición de la ciudad, pero con una postura irreversible. El penal en el predio del Ejército podría estar funcionando antes que finalice el año, con 600 internos y generando u

El pasado lunes nuestra portada decía en su título principal que los mercedinos habíamos quedado como prisioneros de una decisión. El Subsecretario de Asuntos Penitenciarios de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Marcelo Lapargo, no hizo más que confirmar esa apreciación en su visita a Mercedes el pasado jueves en horas de la mañana.
A pesar de todas las expresiones contrarias a la instalación de un establecimiento en el predio del Ejército, la administración Solá lleva algunos meses delineando esa intención y no parece dispuesta a retroceder un centímetro en sus objetivos. Mientras el Intendente envió un fax considerando inoportuna esta instalación, los concejales se manifestaron en igual sentido por la ubicación, la Cámara Económica hizo lo propio y los vecinos de la zona juntaron firmas para fundar su negativa. Pero si bien las definiciones se precipitaron en las últimas semanas, funcionarios provinciales y nacionales, ya tenían conversaciones para la radicación de un establecimiento penal en ese lugar donde actualmente funciona la Gendarmería.

A entender de algunos solo faltaba un momento propicio, y el mismo tuvo que ver con la inseguridad en territorio bonaerense, la cantidad de internos que se alojan en comisarías y la necesidad de tener más personal policial en la calle. El resultado de todo esto es igual a una demanda de mayor cantidad de plazas carcelarias. Y esa demanda se soluciona con la urgente determinación de adecuar instalaciones en el partido de Mercedes, en cuatro hectáreas de este predio, le caiga bien a esa comunidad o no. Así obró la provincia. Así empieza a escribirse esta historia del penal para unos 600 presos evangélicos que tendrían un régimen semi abierto.

IRREVERSIBLE
Lapargo llegó pasadas las nueve de la mañana del jueves. Lo hizo en compañía del Director de Obras e Infraestructura del SEPENBA, Daniel Iglesias y del Asesor de Cultos no católicos del Servicio Penitenciario, el Pastor Evangélico, Juan Zuccarelli. Se encontraron en el despacho del Jefe Comunal con representantes institucionales de diferentes reparticiones. Si bien tenían intenciones de escuchar, no estaba en sus planes debatir. Los visitantes traían una carpeta con el borrador del modelo que tendría el establecimiento, sobre el plano de la porción de superficie a utilizar. Con un ingreso por calle 25, y delimitando cuáles eran los alcances del penal, que convivirá con el centro de Gendarmería por lo menos hasta el 2007.

“Venimos a responder las inquietudes de la comunidad y del Intendente en relación a la instalación de una cárcel en el predio del Ejército, decisión que ya está tomada por el gobernador... estamos tratando de morigerar los efectos negativos que se puedan dar y que preocupan a la comunidad”, manifestó a la prensa en una conferencia brindada al término de estas reuniones. El funcionario fundamentó la “imposición” en la existencia de un edificio en condiciones excelentes para la instalación, con bajo costo para la provincia. En una posterior entrevista que mantuvo con concejales, un edil le hizo ver que si hubiese sido conveniente esta instalación en la Iglesia Catedral también lo hacían, a lo que Lapargo respondió con una ironía.

El apuro del Gobierno Provincial habla de tiempos acotados. Se estima que la inversión que debe desembolsar Solá para esta iniciativa es de quinientos mil pesos, y se calcula que para un establecimiento desde cero, hacen falta más de 6 millones de pesos. Los plazos de obra hablan de dos rápidos meses de ejecución, que podrían iniciarse en alrededor de un mes, por cuanto si todo marcha dentro de los planes, antes de fin de año el ruido a rejas y canceles se escuchará en esa zona.

Confirmó que esa unidad albergará a alrededor de 600 internos, y las vacantes necesarias en puestos de trabajo serían 250 que se tomarían del mercado laboral local. Gioscio agregó que habían solicitado una lista de los que pretendieron ingresar en la Unidad V y son más de trescientos los mercedinos en esas condiciones. Volviendo al tema de los reclusos, el subsecretario aclara que no serán presos de alta peligrosidad. Irán ganando lugares en distintos establecimientos, descomprimiendo las comisarías y trayendo a Mercedes lo que podría denominarse como el “cuadro de honor” del Servicio Penitenciario de la Provincia. Justamente, y en relación a los internos “evangélicos” que proponen trasladar a la nueva cárcel, los visitantes invitaron a las autoridades mercedinas a observar cómo se desarrolla el tratamiento para este tipo de personas en el penal de Olmos, y ver también cómo es el sistema de visitas.

Frente a frente Gioscio le dijo a Lapargo que seguía sosteniendo la inconveniencia del lugar. Pero el subsecretario se escudó en que no existe otro lugar que reúna estas características. En relación a la red cloacal ya hay contactos entre técnicos del municipio y la provincia para buscar alguna salida, pero esas obras no forman parte del proyecto carcelario. “Esta es una situación de emergencia... y transitoria?, ojalá sea transitoria. Nos ofrecieron otras alternativas. Pero el servicio Penitenciario tiene predios. La colonia de Olivera no tiene ninguna condición de infraestructura para recibir presos con baja inversión...”, respondió. La imprevisión a la que estamos acostumbrados, nos hace pensar que en el futuro, cuando la Gendarmería deje ese predio, las plazas carcelarias en ese lugar podrían crecer. Por ahora Lapargo no arriesga diagnóstico alguno.

“Vamos a trabajar mucho en la población que se va a instalar, vamos a trabajar mucho para que no haya problemas con la visita, que tengan lugares para recibirla, que no haya demoras en los ingresos y vamos a tratar que sea lo menos traumático posible para al comunidad mercedina, pero manejamos una situación de crisis extrema con escasos recursos”, concluyó.