CANIBALISMO EN ALEMANIA

Armin M., de 41 años, vive en un barrio periférico de la localidad de Rothenburgo en Alemania, en una casa antigua de grandes dimensiones que compartió con su madre, con la que vivió hasta su muerte. Después, Armin B. cerró algunas de las habitaciones y se convirtió en un tipo reservado al que varios vecinos describieron, sin embargo, como “muy educado, bien vestido y cordial”.

Hasta este punto la historia suena relativamente normal, aunque algunos ya habrán encontrado alguna semejanza con Anthony Perkins y su papel en “ Psicosis”. Desde la primavera de 2001, el ex sargento del Ejército se dedicó a buscar por Internet a hombres dispuestos a morir y dejarse comer en una especie de ritual sangriento. El texto del anuncio decía “Busco joven de entre 18 y 30 años, bien formado, para sacrificarlo.”

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Carne para meses

Según el mismo Armin M., durante el encuentro, que tuvo lugar en un sótano de la casa convertido en una especie de matadero, el caníbal le cortó el pene a su víctima y ambos se lo comieron mientras una cámara de vídeo recogía la escena. Después, Armin M. lo mató de varias puñaladas y cortes en el cuello, lo colgó cabeza abajo, destripó y cortó en trocitos, algunos de los cuales enterró en el jardín, mientras que el resto de ellos los congeló para ir comiéndoselos en los meses siguientes.

La Policía dio con el acusado porque puso un nuevo anuncio en Internet en el que buscaba a hombres dispuestos a morir y ser devorados. El presunto caníbal firmó una confesión completa sobre el brutal crimen en la que asegura que la víctima le dio su consentimiento para matarlo y comérselo.

Armin M. no será juzgado por canibalismo porque ese delito no existe en el ordenamiento jurídico alemán pero, además de la acusación de sospecha de asesinato a la que ya se enfrenta, podrían añadirse la de asesinato por motivos sexuales y la de perturbar el descanso de los muertos.

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El Hannibal Lecter alemán

Resulta curioso que en un país, en donde se supone que todo esta reglamentado, desde el tamaño de los panecillos hasta la tuerca más pequeña, el canibalismo no sea un delito, y que se tenga que “buscar” las leyes violadas para poder condenar a esta versión alemana de Hannibal Lecter.

Mientras, se buscan los motivos y las posibles influencias que puedan haber ocasionado este horrible acontecimiento. El psicólogo Lorenz Böllinger, especialista en trastornos mentales, desmiente la supuesta mala influencia de ciertas películas o videojuegos.

“Es posible que algunos películas como las de Hannibal Lecter tengan un cierto atractivo para personas con inclinaciones al canibalismo. Pero esto no significa que una persona normal se convierta en un caníbal al salir del cine”, sostiene Böllinger.